El Apunte

El campo estalla

El sector primario reclama sus derechos ante la escasa rentabilidad de las producciones

Las movilizaciones desarrolladas ayer en varias carreteras de la provincia de Cádiz y en toda España, en el marco de las protestas de distintos grupos de agricultores y ganaderos, habrán sorprendido a más de un afectado. Los trabajadores de las ciudades se encontraron con una ... manifestación convocada a través de aplicaciones de mensajería y redes sociales para reclamar medidas que rentabilicen sus producciones.

Sin embargo, se trata de un problema que viene de lejos, al que buena parte de la población piensa que no le afecta. Y ocurre todo lo contrario, porque si a la despensa de Europa (los agricultores y ganaderos españoles) se le asfixia, las consecuencias la van a continuar pagando los ciudadanos de a pie en la cesta de la compra.

Manuel Pimentel, exministro de Empleo, ya lo advertía en su libro 'La venganza del campo'. «Han entrado valores como la sostenibilidad y el medio ambiente que han encarecido la producción agraria. Ahora hay menos producción y suben los precios», sostiene el sevillano.

La tractorada que ayer colapsó las principales arterias de la provincia es una llamada de atención para que todos comprendamos que la política impuesta por la Comisión Europea está arruinando al sector primario, anteponiendo la Agenda 2030 en cuanto a sostenibilidad y medioambiente, a los intereses de un sector que lleva años en números rojos. Tal y como señala Pimentel, «se está acelerando un proceso en el que la sociedad urbana crea leyes que no valora a la agricultura porque los alimentos han estado baratos».

La desconexión entre la urbe y los agricultores es un suicidio para un futuro inmediato. El campo está siendo repudiado y el relevo generacional parece prácticamente imposible si los hijos de los agricultores y ganaderos ven cómo sus padres no logran sacar un sueldo decente echando más de ocho horas a sus explotaciones.

Si el sector primario continúa esta tendencia, todos lo terminaremos pagando. El hartazgo generalizado demostrado ayer con una movilización espontánea, es una seria advertencia porque el sector decae al no haber relevo generacional. «No hay motivación de la juventud para acceder a este tipo de negocios y lo más importante es la rentabilidad», señala con razón uno de los agricultores participantes en la tractorada, que a buen seguro no será la última si no se toman medidas.

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