Opinión
Distopía carnavalesca
Cádiz, febrero de 2046
Anoche se lió en el Teatro Ramón de Carranza. Después de dieciocho años sin que sonaran en Cádiz las coplas de Carnaval, el Concurso Oficial de Agrupaciones ha vuelto con fuerza. Eso sí, estrenando escenario después de que el añorado Gran Teatro Falla fuese destruido ... en el asalto de aficionados ofendidos del año 2028 y se decidiese la suspensión del certamen. Las cosas, desde luego no son lo que eran, aunque ya pocos se acuerdan. Las cinco agrupaciones participantes dejaron un buen sabor de boca, especialmente entre sus hinchadas. Muy aplaudidas fueron las letras del coro con autoría del equipo asesor del Partido Popular, con una reivindicación de que la estatua de Teófila Martínez sea trasladada desde su ubicación actual en la Punta del Cid Campeador al acceso a la ciudad del crucerista, por la que tanto trabajó la exalcaldesa. «Que sólo el brillo del Queen Mary VII rivalice con el de tu nívea melena», le cantaron con gran sentimiento. Antológico el cuarteto anticapi. Los cuatro miembros que quedan en el partido se repartieron el protagonismo sobre las tablas. «Soy David de la Cruz, pero como corro tanto, ahora me dice la gente, que soy Carlo el Legionario', cantaron en su aplaudido estribillo. Maravilloso recuerdo para una persona que ha dejado huella en la ciudad. Carlos siempre en nuestros corazones. Al bajar del escenario los anticapi fueron detenidos. La chirigota del grupo socialista empezó bien, pero en mitad del primer pasodoble el desconcierto se trasladó a los palcos reservados para sus afiliados. No se pusieron de acuerdo sobre las coplas que iban a defender en la asamblea previa a la actuación y cada uno se puso a cantar una letra diferente. El jurado entendió que la confusión era parte del repertorio. «Van muy al tipo», dijo el presidente tras revisar el VAR, lo que permitió que acabaran de presentar su propuesta, con el consiguiente cachondeo del respetable. No tuvo tanta suerte la comparsa 'Vine de las Isla de las tentaciones y me presenté a las elecciones', que no conectó con el respetable. El año próximo se espera que prueben suerte en su lugar los tronistas de 'Cita en Júpiter'. Pero, como era de esperar, el triunfo de la noche fue para el romancero del alcalde: 'Abascal, ni tan mal'. Lógicamente no hubo votaciones ni se hicieron públicos los puntos del jurado. Los silbidos desde el gallinero fueron respondidos de inmediato con el uso de la fuerza por parte de la policía cultural. Qué alegría, Cádiz. Quién se acuerda ya de los antiguos carnavaleros que acabaron con la fiesta en la década de los 20. Tanto echarse tierra encima unos a otros terminó por enterrarlos en vida. Ahora las coplas han resucitado. Larga vida al Carnaval Oficial.