Ser padre
Disfruta de la vida al son que tu paz mental te permita sin remordimientos ninguno
En este capítulo de mi vida en el que me encuentro, lo último en lo que pienso es en tener un bebé. No me voy a poner dramática. No creo que el mundo sea un infierno, ni es porque se avecine una crisis mundial o ... se calienten los polos. Es simplemente porque no quiero, no queremos.
Y es que hay que ser muy valiente y muy generoso para poner en órbita una existencia que ya encontró su equilibrio. Lo que yo tengo con mi pareja tras estos ocho años de convivencia es tan inusualmente bueno, que me da pánico ponerlo en peligro introduciendo un elemento disruptivo como es un nuevo miembro en nuestro paraíso de series frikis y videojuegos. Llámame inmaduro si quieres. Pero es que vivo de gran categoría. Creo que es clave para la convivencia darle valor al tiempo de calidad junto a tu pareja después de tantas horas trabajando como nos pasamos. Es nuestra recompensa.
Por ese motivo, por ese egoísmo del que me enorgullezco, quiero dedicarle estas líneas a todos esos jóvenes que se atreven a traer vida a este mundo.
Por ese descaro con el que miran al futuro y le dicen «me voy a comer tus desastres para que mi hijo tenga la vida que se merece», «voy sorber el veneno de la gente para que mi hija camine sin miedo». A todos esos jóvenes que le pegan una hostia al reloj, para que comience a sonar al ritmo de los latidos de ese nuevo corazón, enhorabuena. Enhorabuena por vuestra enorme generosidad y vuestra valentía.
A los que están como yo, cero dramas. Disfruta de la vida al son que tu paz mental te permita sin remordimientos ninguno. Oye, que lo mismo nos entra el instinto y montamos aquí la de Angelina Jolie, pero de momento, somos felices y cuidar de esa felicidad, es la única responsabilidad que queremos tener.
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