OPINIÓN
¡Qué pechá por Dios!
Parece que ese cambio anunciado nos acerca más a las inundaciones monzónicas que vemos en los noticiarios de la tele
Cuando me dispongo a escribir estas líneas nos encontramos entre los dos últimos frentes de lluvia y gozamos de una temperatura que raya en la excelencia. De un tiempo a esta parte, y parecía que aquí no ocurriría nunca, tenemos que salir a la calle bien pertrechado con un paraguas so pena de que nos veamos sorprendidos por un chubasco que nos ponga pipando. Gracias a Dios y sin necesidad de hacer rogativas al «Aguaor», desde que terminó en concurso de agrupaciones del Falla, las borrascas atlánticas no nos han dado tregua. Los frentes de lluvia han ido transitando por nuestro cielo descargando toda el agua que nos ha faltado durante años. Decían los meteorólogos que a consecuencia del cambio climático estábamos avocados a una desertización progresiva y que la sequía estaba haciéndose crónica en nuestro entorno. Pues visto lo visto en estas últimas semanas, los pronósticos no se están cumpliendo. Parece que ese cambio anunciado nos acerca más a las inundaciones monzónicas que vemos en los noticiarios de la tele y que con frecuencia asolan a los países asiáticos ¿Qué cantidad de agua por Dios?
Los que ya peinamos canas siempre habíamos conocido épocas de lluvia seguidas, eso sí de otras de bonanza, donde al saltar en norte los horizontes aparecían despejados y luminosos con ese azul tan característico de nuestro cielo de Cádiz. Este año el paso ininterrumpido de borrascas procedentes del atlántico lo ha cambiado todo, como sigamos así vamos a respirar por branquias. Los pantanos de todas las cuencas de nuestros ríos llevan varios días desembalsando agua porque están hasta al borde. Hace unos pocos días, como algo inaudito, se vio cortada hasta la autopista de Sevilla por estas riadas a la altura de Los Palacios y el Guadalete a su paso por Jerez hizo que se tuvieran que evacuar a 200 personas.
Hoy, 21 de marzo, comienza por fin la primavera. Para mí, es la estación preferida del año, esperemos que poco a poco vayamos recobrando la normalidad y nuestra climatología se vaya estabilizando porque ya tenemos agua asegurada para varios años ¡qué pechá por Dios!