OPINIÓN
Desconfianza
Nos encontramos en una situación de incertidumbre de la que realmente no sabemos ni podemos imaginar por donde nos va a salir
Cuando ya todos creíamos que con las nuevas concesiones el partido en el poder, por obra y gracia de esas extrañas coaliciones, se disponía a comenzar esta atípica legislatura, nos sorprenden con un nuevo escándalo que va a dar mucho que hablar. Hace algún tiempo ... a todos nos extrañó como, de golpe y porrazo, el que ostentaba uno de los mayores poderes dentro del partido socialista, el ministro José Luis Ábalos, era defenestrado. El que fue máximo colaborador de Pedro Sánchez en su resurrección política, el que lo acompaño en su peregrinación a bordo del Peugeot por toda España para reconquistar la secretaría general y el que, en definitiva, defendió en su nombre la moción de censura que terminaría con el mandato de Mariano Rajoy era apartado del aparato gubernamental sin miramientos y, lo que es aún peor, sin explicaciones.
Ahora sabemos que los ocupantes del vehículo de aquella peregrinación eran: Pedro Sánchez, Santos Cerdán, José Luis Ábalos y el chofer, un tal Koldo García. Un desconocido en ese momento para la gran mayoría de ciudadanos. Nadie entendió por qué, una persona de la máxima confianza del presidente con gran predominancia en el partido y en el gobierno, desaparecía prácticamente de la primera línea. A todos nos extrañó como digo, pero como la política es así, a pesar de tanta presunción democrática, al final el poder convierte a todos en auténticos dictadores y actúan como tales.
Hoy, después de los últimos acontecimientos, entendemos aquella huida hacia delante. Lo reconozcan o no, seguro que tras las investigaciones de la UCO y estando en curso desde hace ya dos años el procedimiento, habría llegado a oídos del presidente la implicación de Ábalos en las turbias maniobras del gigantón Koldo, ese que fue enaltecido por el propio Sánchez como un verdadero adalid del socialismo de base.
El escándalo, todavía en pañales, está causando, y seguro que seguirá causando, verdaderos estragos en la vida política actual. Aún está en fase embrionaria, pero ya comienzan a asomar los primeros eslabones de la trama. Para sorpresa de propios y extraños, ya aparecen implicados un ministro del actual gobierno y hasta la tercera autoridad política del país, la Sra. Armengol.
Está en marcha la nueva ley de amnistía que libera y reinserta, como si nada hubiera pasado, a todos los implicados en el procés catalán, se ha destapado esta trama de corrupción dentro del partido que está propiciando una situación política que nos implica a todos y seguimos inmersos, digan lo que digan, en una profunda crisis económica. En definitiva, nos encontramos en una situación de incertidumbre de la que realmente no sabemos ni podemos imaginar por donde nos va a salir.
Hemos tenido desde la llegada del sistema democrático y la proclamación de la constitución de 1978 unos años de bonanza política que cada día añoramos más y que desgraciadamente, con la aparición de estos radicalismos, está llegando a su fin. Ya no hay líneas rojas que saltar, todas se han traspasado. En definitiva, para nuestra desgracia, cada día confiamos menos en la clase política.