OPINIÓN
El rotulador
Las temidas órdenes ejecutivas firmada con ese perverso rotulador del delirante Donald Trump han puesto patas arriba al mundo entero
En el campo de la filosofía las cosas pueden ser aquellos objetos que tienen un referente físico, para así diferenciarlos de los pensamientos, virtudes, cualidades o deficiencias que pueden ser etéreas y opinables. Para algunos filósofos también se podrían configurar cómo aquello que puede ser ... pensado, afirmado o negado. O aquello que expone la idea de una realidad concebida en un estado estático, y que por ende tiene sus cualidades y propiedades. Para los más simplistas las cosas son aquello que se opone a las personas. Las cosas siempre tienen su dueño y un uso concreto. Casi todas, en su origen, tienen una utilidad que las define, pero el devenir de las circunstancias y los intereses, legítimos o fraudulentos, de sus dueños desvirtúan sobre manera aquel fin para el que fueron inventadas o creadas. La cosa en sí no participa de la decisión última de sus usos. Es la mano del poseedor la que le da ese valor que a veces trasciende la imaginación. El mismo objeto puede tener una utilidad necesaria e imprescindible para la vida cotidiana, o convertirse en un elemento perverso de consecuencias imprevisibles. Objetos de uso cotidiano se pueden convertir en terroríficas armas improvisadas. Bolsos, paraguas, zapatos de tacón pueden ser usados con elementos de defensa o de ataque. Una simple bolsa de plástico puede ser letal dependiendo del uso que se le pueda dar. Una silla pasa de ser confortable a convertirse en aterradora con sólo ponerle adjetivo de eléctrica. En el Kung Fu objetos inofensivo se convierten en armas de combate, como el abanico, la banqueta, el bastón, la azada, la flauta o incluso una simple toalla.
Desde hace unas semanas hemos podido comprobar como un simple rotulador, de color negro y de punta extra gorda puede convertirse en el arma de destrucción masiva más atroz que existe sobre la faz de la Tierra. Las temidas órdenes ejecutivas firmada con ese perverso rotulador del delirante Donald Trump han puesto patas arriba al mundo entero. Deportaciones, persecuciones, aranceles, amenazas de invasión, desmantelamiento de todo lo público de su país, son sólo algunas de las lindezas con las que nos levantamos cada día.