OPINIÓN
Oficios imposibles
En las sociedades del futuro habrá que seguir enseñando, cuidando, construyendo, curando, sirviendo, atendiendo o transportando
No hace mucho tiempo, apenas unos años, cuándo se le preguntaba a una persona joven que quería ser de mayor casi siempre, en su respuesta, aparecían profesiones relacionadas con oficios, con las ciencias o con las humanidades. Había algunos que se decantaban por las fuerzas ... de seguridad o similares, policía, bombero o militar. Según una encuesta realizada recientemente por ADECCO (Agencia de Empleo) las profesiones con las que sueñan nuestros niños y niñas tienen que ver con el deporte, la música y las artes escénicas. En concreto la mayoría dicen que quieren ser futbolistas. Sus líderes sociales son Aitana Bonmatí o Carlos Alcaraz. También hay muchos quieren dedicarse a profesiones relacionadas con las redes sociales: youtuber, streamers o tiktokers. Algunos incluso no se andan por las ramas, sólo quieren ser ricos y famosos. Lo que sí tienen claro todos es que cuando se jubilen se quieren dedicar a viajar.
Alguien dijo que las profesiones del futuro aún no existen, están por inventar. Puede que tuviera razón. Pero las de siempre tendrán que seguir existiendo. En las sociedades del futuro habrá que seguir enseñando, cuidando, construyendo, curando, sirviendo, atendiendo o transportando. Lo que está claro es que en poco tiempo se han perdido gran parte de los oficios artesanales. Materiales que nos han acompañado durante milenios, como el barro, la cerámica, la madera, las fibras vegetales, el cuero, el vidrio, los minerales o los metales, se han quedado sin esas manos artesanas.
Puestos a inventar oficios del futuro propongo algunas alternativas imposibles. «Equilibrista de sueños imposibles, Contador de nubes bajas, Proveedor de escarchas, Restaurados de sueños inconfesables, Visionario de pensamientos ajenos, Recolector de las propias pasiones, Pesador de pelusas, Ilustrador de cuentos ajenos, Vigilante de risas propias, Cocinero de alegrías, Electricista de pilas bautismales. Contenedor de ilusiones infantiles, Comedor de ganas locas, Bebedor de suspiros, Buscador de pozas caleteras con reflejos de estrellas, Pescador de ruidos de fondos marinos, Almacenista de colores llamativos, Seguidor de correteos infantiles en parques y jardines, Banquero de ganas nuevas, Policía de rostros amables, Interruptor del ahora y del ya, Asustador de pesadillas en blanco y negro, Mirador de sombras, Rastreador de huellas de fantasmas, Pirómano de noches estrellas de verano, estampador de espantos, Colocador de todo lo que se mueve, Ilustrador de vahos, Mirador de entretelas, Prestador de ilusiones a fondo perdido, Marinero de palmerales en el desierto, Vagabundo en mundos extraños, Relojero de las horas locas, Conde de los cortadillos de cidra, Príncipe de la corte de helados de tres gustos, Triturador de maldades y malas intenciones, Jardinero de prados declarados en rebeldía, Tatuador de apaños, Pastelero de deseos confitados, Carpintero de maderas líquidas, Pastelero de soledades dulces, Cantaor de maneras de despertar, Probador de butacones sin respaldar, Ensayista de verdades como puños, Novelista de los dónde, los por qué y los cuándo, Vigilante de rutas cómodas, Submarinista de cielos encapotados, Encuadernador de buenos sueños, Sepulturero del más acá…..»
Os puedo asegurar que tengo muchos más oficios. Seguro que no sirven para nada, pero puede que nos hagan más felices y menos materialistas.