OPINIÓN
Cuestión de número
Ahora nos enfrentamos a una singularidad tributaria a cambio de un gobierno catalán, por primera vez constitucionalista en años
Acaba de empezar el curso escolar y la tendencia se confirma inexorablemente. Cada vez menos niñas y niños en nuestras aulas y cada vez más perros en nuestras calles. Desde la educación primaria existen dos asignaturas por excelencia que definen el carácter y, por ende, ... la trayectoria y los devaneos profesionales, de nuestra vida laboral. Por un lado, está la Lengua y por otro las Matemáticas. Posiblemente las asignaturas más queridas por unos y las más odiadas por otros. No os preocupéis los de letras, no vamos a hablar de número, en el sentido digital del término. La cosa va de lengua. Nuestros primeros escarceos en la Gramática nos llevan a catalogar los nombres y los adjetivos, esos que dan cualidad, por género y número. Femenino, masculino y neutro, y por otro singular o plural. Lo singular es único, lo plural es múltiple. Pero hete ahí que la lengua tiene recursos. Existen palabras que siendo de número singular pueden tener la cualidad de definir a un grupo, como ejemplo tenemos rebaño, manada, piara o ganado.
Ahora sí que hablo de número en el sentido digital. Las cuentas del Estado son las que son, al igual que las de las comunidades autónomas, Ayuntamientos y resto de Administraciones. Son habas contadas, es una cuestión numérica. Si alguno saca tajada es en detrimento de otros. La singularidad para unos puede ser el menoscabo para el resto plural. Puede que lo del cupo Vasco-Navarro esté en la Constitución, pero no deja de ser una situación de desigualdad con el resto de las CC AA. Remontarnos a las Guerras Carlistas para reconocer ese derecho, mantenido incluso durante la dictadura, es una reinterpretación de la historia por el interés de unos privilegiados.
Ahora nos enfrentamos a una singularidad tributaria a cambio de un gobierno catalán, por primera vez constitucionalista en años. El precio puede repercutir en el resto de las CC AA. Según dicen, el reparto será equitativo porque para ello vamos a contar con la «solidaridad» del recién estrenado gobierno de la Generalitat. Aunque parezcan parecido, la solidaridad y la justicia social tienen acepciones diferentes. La primera depende de la voluntad del que entrega una dádiva a los que considera menos privilegiados, siempre dependerá del arbitrio del que decide la donación. La segunda es un derecho que nos hace partir de una situación de igualdad para la consecución de un bienestar y conseguir eliminar las injustas desigualdades sociales y económicas.
Pensar que el federalismo de nuestro país puede ser la alternativa al independentismo catalán o vasco es una falacia, una mentira del trayecto que queramos. Cuenta Soledad Gallego Díaz en su artículo titulado «Un documento ambiguo y una negociación larga», publicado en El País, que en realidad los independentistas catalanes nunca han sido partidarios de una España Federal, y así lo manifestó el «Honorable» Jordi Pujol hace unos años «un Estado Federal es lo último que quiero para Cataluña». El truco está en no sentirse una parte más de una Federación, sino en explotar unas prebendas que les vienen dadas por una Ley Electoral injusta.
Aún está en vigor la Declaración de Granada de 2013, firmada por los dirigentes socialistas y que promulgaba un estado federal sin privilegios. Como siempre la CC AA más poblada se verá perjudicada.