Campo de batalla
Esta guerra tiene un campo de batalla tan amplio que se ha colado en nuestros hogares, en nuestra economía, en nuestra dolorosa llegada a fin de mes, hasta en nuestro confort térmico
![Campo de batalla](https://s3.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/opinion/2022/08/04/aire-acondicionado-RkF9rblxryBjPyC31W3Ef4O-1200x630@abc.jpg)
Europa era una princesa fenicia, su belleza encandiló al mismísimo Zeus. Éste, siendo el máximo dios del Olimpo, se transformó en un toro blanco para conseguir su amor. Con argucias y tretas rastreras consiguió secuestrarla y llevársela a la isla de Creta. Allí se deshizo ... de su bovino disfraz y la convirtió en la Reina de la Isla. La literatura y la pintura, el arte en general, han dado buena cuenta de su hermosura y su mito.
Europa, como continente, siempre ha concentrado contrastes, y no es hasta entrada la Edad Moderna cuando empieza a configurarse como entidad histórica, cultural y política. La historia nos confirma que nunca ha existido mejor campo de batalla que la Vieja Europa. Desde la estruendosa caída del Imperio Romano hasta las guerras de religión, desde las ofensivas de conversión a los infieles islámicos hasta las contiendas entre los florecientes imperios donde no osaba en ponerse el sol. Desde la megalomanía napoleónica hasta las de sucesiones dinásticas de un puñado de monárquicas familias. Sin olvidar la reciente fragmentación de la antigua Yugoslavia, en la que la comunidad internacional actuó tarde y mal. Y sobre todo las dos Grandes Guerras que sembraron el continente con decenas de millones de muertos.
Ahora nos encontramos inmersos en una guerra en la que, sin tener un frente amplio y sólo una potencia invasora que ha contravenido el Derecho Internacional al invadir un país vecino, está adquiriendo dimensiones mundiales. Ya no existen las húmedas y angostas trincheras, pero el asedio y el miedo incrustado a la población civil, en forma de angustia, siguen siendo las armas más letales de cualquier guerra. Atrás quedaron los obuses de muchos milímetros de dolor y muerte. Estos dragones de fuego de la Gran Guerra se han transformado en buques cargados de grano que han sido bombardeados a punto de zarpar, y que dejan hambriento a todo un continente. Las balas han pasado a ser esos kilovatios que ahora tienen en frías ascuas a toda Europa. Resulta irrisorio que una guerra injusta, como todas, vaya a conseguir que nuestro estado del bienestar de un golpe de timón y comprenda que lo normal es que en invierno haga frio y en verano calor. Las víctimas de esta guerra, librada en suelo europeo, como tantas, están a miles de kilómetros y sucumben a las especulaciones de los grandes poderes que controlan hasta el aire que respiramos, y que como siempre saldrán indemnes y mucho más ricos. Esta guerra tiene un campo de batalla tan amplio que se ha colado en nuestros hogares, en nuestra economía, en nuestra dolorosa llegada a fin de mes, hasta en nuestro confort térmico.
Los datos del paro del mes de julio confirman que lo de la ansiada recuperación puede ser un espejismo bélico. La desbocada inflación pone en jaque a todo un continente que se las prometía. Son muchas 'guerras' para una década, muchas batallas para una generación que asiste atónita a un futuro incierto. Disfrutemos de esta calurosa tregua veraniega mientras la incertidumbre se cierne sobre el campo de batalla.