en clave de tron
Hasta los andares
Alguien me dijo una frase que lo clavó: «Sánchez cae mal. Muy mal. Se le han vuelto en contra hasta los andares»
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Y nosotros... pagando (05/03/2023)
El propio Pedro Sánchez lo sabe. Igual que su legión de asesores, las ministras obnubiladas, todos los socios y la oposición: cae mal. Fatal. Y esa imagen no hay quien la recupere o recomponga.
De ahí los vídeos haciendo el ridículo, las encuestas del ... CIS, los publirreportajes y las entrevistas escogidas. El presidente del Gobierno tiene cero empatía ante la gente normal y corriente. Y lo saben.
Es capaz de engañar a todo el mundo a la vez sin que se le mueva una ceja y sabe mentir a propios y extraños sin inmutarse. Es el primero encantado con sus propios vídeos jugando a la petanca, montando en bici, haciendo que compra un libro, tomando café o jugando al baloncesto en silla de ruedas. Cuando todo es mentira.
En estas que aparece Tezanos y, en pleno caso Tito Berni, va y dispara a su jefe en las encuestas. Ni el espectáculo de la ley del 'sólo sí es sí', ni las fotos del diputado del Partido Socialista en un prostíbulo le restan un voto. Al contrario. Y recuerdo aquello que dijo el increíble presidente del CIS en 'The Objective': «A veces pienso que envidian a Sánchez porque es más alto y agraciado». Con un par.
Tan agraciado y atractivo que no le cuestan un solo voto los premios a los asesinos etarras o las puesta en libertad de violadores. Ni los indultos a los golpistas catalanes o las fotos del Tito Berni en un puticlub. Alguien me dijo una frase que definió perfectamente la situación: «Sánchez cae mal. Muy mal. Se le han vuelto en contra hasta los andares».
Y es verdad. Solo así se explica la sobreactuación constante, el maquillaje y la campaña exterior. No le importa viajar en el helicóptero Superpuma para hacer cien kilómetros o fletar el Falcon para volar a Valladolid. Le da lo mismo cerrar una biblioteca que fingir con unos jubilados. Puede desplegar un ejército de guardias civiles y policías para hacer como que monta en bicicleta u ordenar a los servicios de protocolo que manden no silbar al presidente.
¿No habrá nadie en su entorno capaz de decirle la verdad? ¿Tan agraciado es –como diría Tezanos– que ciega a cualquier asesor? ¿Ningún estratega le ha mostrado un vídeo luciendo esos andares?
Y quedan dos meses para las elecciones autonómicas y municipales y más de medio año para las elecciones generales. No me extraña que, aunque no lo digan, los barones socialistas recen para que el líder supremo no aparezca en sus mítines.
PD: A última hora de la mañana conocimos el fallecimiento de Pedro Solbes. Y se me agolparon los recuerdos: José Antonio Navas me refrescó aquel Foro ABC en el que Solbes envidió al fiscal Bermejo «porque ya es exministro». Y rememoré la entrevista en la cumbre europea de Sevilla o aquel debate que ganó (de mentira) ante Manuel Pizarro. Con Solbes me pasa lo mismo que con Rubalcaba. Nunca diré lo que me dijeron 'off the record' sobre la política actual.
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