Hazte premium Hazte premium

Bala perdida

Reyna Sofía

Ha logrado cruzar la prudencia con la distinción. Es lo que el poeta definiera como «ser brillantemente monocorde»

Ángel Antonio Herrera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No es que en los retratos concéntricos de la familia real nos dejemos para el final a doña Sofía, pero un poco sí. Un poco, o un mucho. Resulta que Doña Sofía vive en mujer ceñida, casi ausente, ya, y eso da el juego justo ... en las crónicas o retratos. Le hemos puesto mucha prosa a la contabilidad de Don Juan Carlos, a la esbeltez de Don Felipe, o a la zapatería de Doña Letizia, pero se nos acaba el folio antes de glosar a Doña Sofía, que más bien tiene una glosa larga, empezando o acabando por sus ojos de color gris resignación. Lleva un sosiego de mucha agenda, una solvencia de elegante que nunca cambia el peinado, porque todo estilo es una insistencia.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación