Opinión
F5, todavía no
Lo que vengo a decirte es que lo «histórico» tiene una forma de entenderse muy variada y que cada vez más pienso que la historia, si algo bonito tiene, es que cada uno se cuenta la suya
Isabel II se está muriendo. Al menos eso es lo que llevan diciendo toda la tarde. F5. Todavía no. F5. Todavía no. F5. Todavía no. Y así toda la tarde. Esto del momento histórico es lo que tiene. Uno quiere enterarse al momento porque, ... qué narices, el momento histórico está para eso: para vivirlo. Entre que presiono el botón y no, ando pensando que esto de los momentos históricos se me está haciendo pesado.
Quizás ha pasado eso, ya sabes, de Pedro y el lobo. Como el personal llama así a casi cualquier cosa, ahora resulta que se muere una de las personalidades más importantes del siglo XX y ni levanto la ceja. Mira que a mí siempre me resultó fascinante la señora, pero, no sé, también es verdad que vamos por la mitad de septiembre y ya estoy cansado. Ha vuelto a hacer calor. Hay muchos factores.
También es cierto que la percepción de lo que es importante o no es muy relativo. Supongo que aquí estoy yo dándole a F5. Todavía no. Y tú a lo mejor te estás tomando un café tan pancho, mirando al infinito, leyendo un libro, hablando con un amigo. En tus cosas. Y a lo mejor llegas a casa y te dicen: «Que se está muriendo Isabel II» y tú dices, «es que ya he quedao». Y así probablemente en todo el mundo. Incluso en Gran Bretaña.
Lo que vengo a decirte es que lo «histórico» tiene una forma de entenderse muy variada y que cada vez más pienso que la historia, si algo bonito tiene, es que cada uno se cuenta la suya. Mis «momentos históricos» la mayoría de veces tienen que ver con el amor. Conocer a alguien, una nueva amistad, alguien te guiña un ojo, te sonríe, te dice algo que nunca te dijo y así va cuadrando uno el relato, el que le viene. De lo demás procuro no acordarme.
Yo soy muy de adornar las historias. Cuando vamos en pareja, nos preguntan cualquier cosa y Anita me dice a veces: «cuéntalo tú» y, normalmente, empiezo pero no acabo, porque a pesar de que puedan quedar más bonitas, si estoy cansado, hablo muy lento. Y eso pasa mucho últimamente. Tanto momento histórico, ya te lo he dicho, me pesa. Por eso escribo aquí, supongo. Porque si te paras a leer, no tienes que ir a mi ritmo. Lo puedes hacer en diagonal, incluso. Y tan a gusto que te quedas.
No me importa, también te digo. Estoy convencido de que habría que empezar a defender a ultranza la lentitud. Que todo vaya al ritmo de los humanos. Miento. Al ritmo asumible por un humano. Y que ahí nos pusiéramos de acuerdo. Que nos tomásemos un rato, unos días, incluso una semana para pensar, hablar o deducir el porqué de las cosas nos ahorraría mucho sufrimiento, eso te lo aseguro.
Se está muriendo Isabel II. F5. Todavía no. Y leo en las redes análisis rápidos, efímeros, en pocos caracteres, queriendo resumir lo que significa esta mujer. Una mujer de 96 años. Que ha reinado durante 72. Que estuvo en la II Guerra Mundial. Que ha sobrevivido a más de una decena de ministros. Casi 20 Juegos Olímpicos. Y media docena de Papas. Joder, que le han hecho una serie, van cuatro temporadas y todavía no han cambiado de siglo. Y vienes tú, amigo twittero, a resolver el asunto en tres frases. Genio.
Si te soy sincero me gustaría enterarme de lo de la muerte de Isabel II pasado mañana, como antiguamente. En el periódico de la tarde. No por nada, que no hay nada peor en esta vida que ser un nostálgico. Sino porque, desde luego, para recibir el mensaje, te quitarías una jartá de tontos por el camino.
Pero, ya ves, eso no es posible. Y aquí estoy. F5. Todavía no. Esperando el momento, supongo que por pura curiosidad. Por cotilleo. Que si la franja roja de BBC. Que si la franja negra. Y el momento histórico que no llega. La tarde echada a perder e Isabel II que no se muere. Como si fuera una novedad.