La Alberca
La Sevilla lunática
El mitin de Pedro Sánchez nos presentó una ciudad cósmica. Y ahora que Muñoz se encargue de la terrenal
La homilía de Pedro Sánchez en Fibes nos ha resuelto muchas dudas a los sevillanos. En su retahíla de promesas mitineras no faltó ninguno de los clásicos populares: la conexión por tren con el aeropuerto, la SE-40, el metro, el desdoble de la AP- ... 4... El presidente del Gobierno que menos ha invertido en Sevilla en la historia sacó todos los comodines. Como tahúr es impagable. Pero se guardaba para el final la gran cohetería, nunca mejor dicho. Sánchez exclamó literalmente lo siguiente: «Tenéis a un alcalde que las coge al vuelo. Querido Antonio, de Sevilla a Marte, pasando por la luna». El que pueda que empate. Con el rollo de la Agencia Espacial, que de momento nos ha costado a los sevillanos un edificio municipal, nos vendió el tío que incluso había estado hablando de Sevilla con Joe Biden en la Casa Blanca. Es decir, Pedro Sánchez vino a Sevilla, nos prometió la luna y luego se marchó dejando solito a Antonio Muñoz por las calles de una ciudad sucia, con problemas de seguridad en muchos barrios, con una red de transportes públicos deficitaria... Con razón estaban en el PSOE tan preocupados con la visita del jefe. Para ir de Sevilla Este al Centro, un autobús de Tussam tarda más de una hora. Y viene este hombre aquí a hablarnos de la luna.
Ahora el alcalde y candidato socialista tendrá que pasarse todo lo que queda de campaña intentando bajar del espacio sideral para ver si convence a los sevillanos de que él no tiene nada que ver con lo que pasó en Fibes, donde, por cierto, también se retrató Juan Espadas intentando apuntarse todos los logros de la ciudad. Esos celos, ese yoísmo, destapan un evidente complejo de inferioridad que también hace daño a su candidato, al que no termina de dejar volar y al que exige un permanente reconocimiento que en términos electorales puede perjudicarle mucho después de la debacle que sufrió Espadas en las autonómicas.
El resumen de todo lo vivido en Fibes es, por tanto, una calamidad para Muñoz. Porque el PSOE que se presentó en el Palacio de Exposiciones y Congresos es el que vive en Marte. El PSOE de Sevilla, sin embargo, quedó eclipsado por el ejército de lunáticos que le bailaron el agua a las grandilocuencias del presidente, cuyo ego mayúsculo necesita espacio. Tanto que puede que los planetas del sistema solar se le queden cortos. A Sánchez no le cabe la vanidad en la Vía Láctea. Sevilla es una aldea. Y ahora, tras el rastro faraónico de su líder, Muñoz tendrá que defenderla como la aldea gala de Astérix hablando de cosas un poco más mundanas. Por ejemplo: ¿cuándo van a terminar de quitar la cera de Semana Santa de la calle Tetuán?, ¿en qué momento va a arreglar la isla de la Cartuja?, ¿cómo va la obra del tranvía a Nervión?, ¿y la de la Raza?, ¿seguirá Sevilla teniendo varios de los barrios más pobres de España cuando salga la próxima estadística oficial?... Preguntas de este tipo se nos caen de los bolsillos. Porque a este paso, los que vamos a acabar comprando un billete a la luna vamos a ser los sevillanos.
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