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Sevilla, capital del vuelco

La caída del gran bastión del PSOE en el Sur simboliza la agonía del sanchismo

Alberto García Reyes

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La caída de Sevilla es el último estertor del sanchismo. En mitad de la ola azul que Juanma Moreno extendió por Andalucía en las elecciones autonómicas de hace un año, la capital era para el PSOE mucho más que un bastión: era ya un reducto ... desde el que iniciar una especie de regeneración interna. Pero el resultado de las municipales aboca a los socialistas a un proceso de refundación que debe comenzar con la marcha de Juan Espadas, incapaz de dar un nuevo aire al partido después de la hecatombe de los ERE y del fracaso de Susana Díaz. Bajo la sombra de la supuesta compra de votos en Mojácar y el exótico secuestro de Maracena, la era espadista ha sido una agonía casi surrealista que empezó con una salida descontrolada del Ayuntamiento para emprender una aventura perdedora. La debilidad del exacalde del Sevilla al frente de los socialistas, sumada a la rotunda irrupción de Juanma Moreno en el escenario de la moderación, ha permitido al PP hacer historia en un territorio que siempre le había resultado inalcanzable. El juanmismo se ha consagrado en estos comicios poniendo su bandera en casi todas las capitales de provincia. Lo de las autonómicas no fue un triunfo aislado. Ahora el PP que él dirige ha vuelto a ganar de este a oeste y, sobre todo, ha reconquistado Sevilla coincidiendo, por cierto, con el 775 aniversario de la entrada de Fernando III en la ciudad. José Luis Sanz era una apuesta serena, más encaminada al trabajo puerta a puerta que a la empatía con los electores. Él mismo admite que su carácter serio le complicaba sus aspiraciones. Pero Juanma Moreno lo mantuvo al frente de la candidatura a pesar de que era una elección de Pablo Casado porque pensaba que podría ser un alcalde de mucho recorrido. Todos coinciden en que lo difícil ya lo ha hecho. Ahora, con la vara de mando en la mano y con la posibilidad de gobernar en solitario, sin la muleta de Vox, su capacidad de gestión puede otorgarle al partido una plaza segura. Su victoria no tiene aristas. Ha ganado por derecho.

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