La Madeja
Te prometo la gran Sevilla
El Gobierno ha anunciado para Sevilla el cierre del anillo de la SE-40, la conexión al aeropuerto y el tercer carril de la autopista de Cádiz cuando faltan ocho meses para las municipales
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En los últimos diez días, el Gobierno de España ha anunciado los siguientes compromisos con Sevilla: cerrará el anillo de la SE-40 en el año 2030, licitará el estudio para conectar la estación de Santa Justa con el aeropuerto por tren y ampliará la ... autopista de Cádiz con un tercer carril. Las tres promesas se producen a ocho meses de las elecciones municipales y con las encuestas diciendo que José Luis Sanz tiene ya ventaja sobre Antonio Muñoz porque el bloque de la derecha está consolidado y el de la izquierda se ha fragmentado. Es decir, no se crea usted nada. Ya sé que no hace falta que se lo diga porque anuncios de este tipo lleva vividos unos cuantos, pero por si acaso vamos a hacer las cuentas. Empezamos con la SE-40.
A la gran ronda metropolitana le quedan aún dos grandes tramos por ejecutar, el que une Dos Hermanas con Coria por el Sur y el que va de Este a Oeste cerrando todo el arco Norte desde La Rinconada hasta Espartinas. Este último fragmento se subdivide en otros cuatro y tiene una longitud de 26 kilómetros. Tres de ellos se redactaron en 2006, pero el Gobierno jamás puso presupuesto para su ejecución y los proyectos han caducado. Actualmente es obligatorio volver a empezar la redacción porque la legislación ha cambiado. El Ministerio sólo ha licitado uno. Faltan los otros dos. Y el cuarto, que es el enlace entre La Rinconada y la Algaba, ni siquiera ha tenido nunca estudio previo. Esto quiere decir que los proyectos jamás estarían terminados antes de dos años en el caso de que hoy mismo se licitaran a la vez. Hasta 2025 no se podrían adjudicar las obras. Y en los Presupuestos Generales del Estado sólo se han reservado este año 25 millones para esta infraestructura, que hasta el más lego sabe que cuesta como mínimo veinte veces más. El tramo Sur está en las mismas. El Gobierno ha anunciado un puente de 458 millones de euros, una cifra que ponen en duda todos los grandes constructores teniendo en cuenta las características cenagosas del suelo en los márgenes del Guadalquivir. En todo caso, este puente necesita aún la Declaración de Impacto Ambiental, un documento que cuando se optó por los túneles ya aseguraba que era mejor el paso subterráneo porque un puente provocaría un impacto visual insostenible sobre el estuario. Y a esto hay que añadir que el proyecto de Presupuesto presentado por Hacienda para 2023 sólo reserva dos millones de euros para este fin. Conclusión: ni por la parte administrativa ni por la presupuestaria se ve el horizonte. El anuncio de que estará todo hecho en 2030 es como mínimo atrevido.
Ahora vamos con la conexión por tren al aeropuerto. El Ministerio ha licitado el estudio informativo, que ya estaba antes adjudicado por la Junta de Andalucía, duplicando así el coste. En el mejor de los casos, que sería quedarse con el informe del gobierno andaluz, más adelantado que el estatal, los siguientes pasos serían la redacción del proyecto, las alegaciones, los informes ambientales, las expropiaciones y la licitación de la obra, que por supuesto tendrá que ir acompañada de partida presupuestaria. Por el camino más corto, usted no se subirá a ese tren hasta 2027. Disculpe mi generosidad en los plazos, pero me gusta que las críticas sean comedidas.
Por último, nos queda el tercer carril de la AP-4 entre Sevilla y Cádiz, que está completamente atascada desde que se liberó el peaje de Las Cabezas. La ministra de Transportes ha dicho esta semana, durante la inauguración del tranvía de la Bahía (16 años desde que se anunció hasta que se han podido subir los primeros pasajeros), que se está planteando la obra de la autopista. Las palabras importan. Se lo está «planteando». Ni hay estudio previo, ni presupuesto. Espere usted sentado.
Yo suelo gastarle una broma a mi hija todos los veranos en la playa desde que era muy pequeña. Desde mi orilla se ve Marruecos los días claros. Contemplando la tierra al otro lado del mar, le digo cada año: «Hija, ¿ves todo aquello? Es África. Quiero que sepas que te la regalo, que cuando yo me muera todo aquello será tuyo». Me encanta jugar a ser político. Yo le prometo a mi hija un continente y ellos nos prometen a nosotros la gran Sevilla. Ay, si no fuera porque la experiencia es enemiga de la mentira...
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