La luz al final de Valcárcel

Quizás no sea el mejor de los destinos, quizás en Cádiz hay otras necesidades más urgentes que paliar, pero no es menos cierto que la llegada de estudiantes y trabajadores a dicho centro será un revulsivo económico para los dos barrios más cercanos al edificio. El movimiento de personas trae un flujo económico que podrá revitalizar comercios y negocios del casco antiguo de la ciudad, que poco a poco veían cómo se iban echando las barajas de los mismos por falta de clientes.

Mira que cuesta poner de acuerdo a administraciones de diferentes signos políticos. Pues ya hay voces en la ciudad que critican el destino del edificio. Que si la llegada de estudiantes va a expulsar a los gaditanos de sus casas, que si eso va a hacer que no haya viviendas de alquiler de larga duración, que entre estudiantes y turistas Cádiz no va a ser de los gaditanos, etc… Es curioso, que planteen problemas por el destino de un inmueble que lleva años y años cerrado y no se alegren por el hecho de que se le haya buscado una solución.

Hace pocos días, esos mismos propagaban en redes sociales la posibilidad de que La Caleta dejara de ser de los gaditanos, cosa que no entiendo en que se basan, pero lo dejaron caer. La verdad que me da pena porque entiendo que, sin ser mi opción política, estaban trabajando bien por dar a conocer un Cádiz que muchas veces se pasa de largo, tanto de historia como de problemas, pero llevan unos días que me recuerdan a ese lema, algo sucio, de que la política es el arte de crear problemas donde no los hay.

Sinceramente, para mí que Valcárcel sea destino a un centro educativo me parece que es mejor que el que esté con las puertas cerradas, que se destine a solar de especulación inmobiliaria o que sea un arma arrojadiza entre las distintas Administraciones públicas para declarar la incompetencia de la que tienen enfrente. A Valcárcel hay que darle un uso de forma inmediata y, quizás, pelearse por el tema de las viviendas en otros foros o en otros espacios, como es el que el Ayuntamiento de la extrema izquierda, de los derechos sociales, de los trabajadores, solo hayan sacado unas pocas de viviendas en siete años.

La realidad es que Cádiz cuenta con muchas infraviviendas que es contra lo que hay que aunar esfuerzos y pelear. Hay que hacer un estudio real y actualizado de esas viviendas que no reúnen las mínimas condiciones de habitabilidad, sobre todo en esos barrios que se van a ver beneficiados por la rehabilitación de Valcárcel, y erradicarla de una vez por todas. Y, sobre todo, entender los propietarios de pisos en alquiler que no se puede pretender que un piso de alquiler sea la gallina de los huevos de oro.

Ojalá pronto podamos ver que se abren las puertas de Valcárcel, que se recupera para la ciudad y que la llegada de una nueva facultad a nuestra ciudad revitaliza la zona, una de las más afectadas por el paro en nuestra ciudad. Mientras tanto, aunemos todos nuestros esfuerzos por trabajar por Cádiz pero de verdad y no solo como un lema político.