Editorial ABC

Violencia para victimizar a Torra

Blanc Bloc pretende reeditar las viejas técnicas cuasi terroristas de la «kale borroka». Su objetivo: forzar a Torra a declarar la independencia una vez que se confirme su inhabilitación

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La hipotética confirmación judicial de que Joaquim Torra quedará inhabilitado en los próximos días puede convertirse en un nuevo desafío para la seguridad en las calles de Cataluña si, como prevén los Mossos d’Esquadra, la nueva marca radicalizada del separatismo inicia una nueva escalada de disturbios violentos. ABC se hace eco hoy de la preocupación que invade a la Policía autonómica catalana tras constatar durante los últimos meses cómo al menos medio centenar de miembros de Blanc Bloc -así se hacen llamar- se han entrenado a conciencia en técnicas de guerrilla urbana en polígonos abandonados. Si los ya conocidos CDR protegidos por el propio Torra causaron serios destrozos en Barcelona durante los días posteriores a la sentencia del Tribunal Supremo contra los golpistas catalanes, ahora, este grupo considerado aún más violento y organizado, promete volver a incendiar las calles. Su aprovechamiento de las redes sociales, el amparo institucional del que gozan como punta de lanza del independentismo más combativo, y sobre todo la irracionalidad de su odio contra España, son el caldo de cultivo idóneo para que Cataluña se sumerja en otra crisis política y social sin precedentes. Se trata de victimizar a Torra, de propiciar un tenso vacío de poder y de fomentar una especie de anarquía complicada de controlar en las calles con el mayor grado de virulencia posible. Ya ni siquiera es la preocupación habitual que generan los CDR y su capacidad de movilización; es que Blanc Bloc pretende reeditar las viejas técnicas cuasi terroristas de la «kale borroka» para criminalizar al Estado en las calles. Su objetivo sigue siendo evidente: forzar a Torra de la manera más agresiva posible a declarar la independencia.

Afortunadamente, lo que debió ser su primer ensayo con motivo de la Diada fue un fracaso anunciado. La movilización fue mínima y se impuso el miedo a los contagios por coronavirus en las concentraciones. Sin embargo, para estos grupúsculos la eventual salida de Torra de la Generalitat sería equivalente a una declaración de guerra. Su único objetivo es causar al Estado el mayor destrozo institucional posible. El propio presidente de la Generalitat no ha sido dudoso al animar simpre a los CDR a «apretar». No es extraño que los elementos más radizalizados del entramado separatista, muy complejo y variopinto, se tomen al pie de la letra la consigna y se ponga a la tarea de la única manera que entienden: con violencia. Ahí radica la irresponsabilidad de Torra, que obvia la peligrosidad que supone que grupos como Blanc Bloc tomen su discurso como una orden para reventar definitivamente la convivencia -socialmente ya muy maltrecha- en Cataluña.

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