CARTA AL DIRECTOR
Mi vida tras el accidente de tren de Angrois
Los primeros años fueron una reivindicación producida por el dolor, el tormento, el miedo y la angustia que sentía
Los primeros años fueron una reivindicación producida por el dolor, el tormento, el miedo y la angustia que sentía. Han pasado cinco años desde el accidente de tren y lo único que hago cada día es intentar huir de esos sentimientos, pero no es fácil conseguirlo porque, por desgracia, sigo conviviendo con ellos.
Cada mañana, cuando me miro al espejo, veo un físico que no era el mío y me recuerda lo que viví ese 24 de julio de 2013. Pero, al final, el físico es una carcasa y lo importante es lo que uno tiene dentro: agradecimiento. Agradecida a Dios por permitirme seguir viviendo, agradecida al pueblo de Angrois , que salvó mi vida, agradecida a todos los médicos que aquel día hicieron lo imposible para que yo siguiera aquí, en especial al doctor Collado, maxilofacial del Juan Canalejo, y agradecida por todo lo que tengo alrededor, mi familia, mi querida psicóloga Almudena y los mejores amigos del mundo. Sin Dios y sin ellos no hubiera podido superarlo, y aún me queda un largo camino, pero ya no tengo miedo, porque soy la persona más privilegiada del mundo.
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