Una victoria para Europa
Contra lo que pueda parecer, el resultado de las elecciones británicas es el mejor que podía haber
Contra lo que pueda parecer, el resultado de las elecciones británicas es el mejor que podía haber para el futuro de la Unión Europea. Si en lugar de la contundente mayoría conservadora hubiese habido un débil Gobierno liderado por los laboristas la pesadilla del Brexit hubiera durado años.
Corbyn pretendía negociar un nuevo acuerdo con la UE, el tercero por incumplimiento británico de los dos primeros. Con el agravante de que mientras que el partido conservador había hecho limpia de diputados europeístas, los laboristas todavía tienen algunos euroescépticos en sus filas, partidarios de la salida de la UE. Es decir, los partidarios del Brexit hubieran seguido siendo una fuerza inmensa en el Parlamento. Y, lo que es peor, Corbyn pretendía someter la cuestión a un nuevo referendo con una pregunta poco clara. Y, lo que es más increíble, había anunciado que él no haría campaña en favor de su nuevo acuerdo.
Con elementos así, lo mejor que podía pasarle a la Unión Europea es que quien se quiere ir se vaya de una vez y permita al resto de los Europeos seguir construyendo nuestro proyecto político. Desde que se fundó la Comunidad Económica Europea, Europa ha tenido múltiples solicitudes de adhesión. Ésta es la primera petición de divorcio. Sin duda es una mala cosa romper un matrimonio que era muy conveniente para ambas partes. Pero es mucho peor el que después de decir que te quieres ir, no acabes de marcharte. Y eso es lo que hemos vivido a lo largo de estos años.
La clave de la victoria de Johnson ha estado en que durante tres años y medio la mayoría de los partidos políticos han estado intentando encontrar la forma de incumplir el resultado del referendo de 2016. Johnson dimitió como ministro de Exteriores porque consideró que Theresa May no estaba cumpliendo con el mandato recibido. Él ganó el liderazgo conservador comprometiéndose a ejecutar el Brexit y ahora tiene una mayoría arrolladora, la más grande que ha tenido su partido desde 1987. Porque la situación era tan insostenible que hasta los que hicieron campaña por la permanencia, como sir Nicholas Soames, el nieto de Winston Churchill, son partidarios de irse.
Ahora hay que ver lo que pasa a partir del 31 de enero. El periodo de transición para la negociación del acuerdo comercial con la UE termina el 31 de diciembre del próximo año. Es más que dudoso que se pueda completar la negociación en ese tiempo. Pero también es cierto que nadie creía que Johnson pudiera negociar otro acuerdo con la UE y lo hizo. El problema ahora es que si el Reino Unido quiere ampliar el plazo de transición que termina el 31 de diciembre de 2020, tiene que pedirlo antes del 30 de junio. Y eso sería muy humillante para un Johnson que ha repetido sin cesar durante la campaña que no habrá más prórrogas. Claro que con una cómoda mayoría absoluta, las cosas se ven de otra manera.