Editorial ABC
Víctimas de un sistema de vacunación demasiado opaco
Algunas farmacéuticas autorizadas a vender dosis parecen estar cambiando las reglas del juego sobre la marcha
La euforia con la que se había acogido el logro de vacunas contra el Covid en un tiempo récord empieza a convertirse en frustración. Algunas farmacéuticas autorizadas a vender dosis parecen estar cambiando las reglas del juego sobre la marcha, y la UE tiene la obligación de estar atenta para que el proceso de producción de las vacunas no se convierta en una subasta sobrevenida, basada en un cambio oportunista y constante de las condiciones, según el precio que esté dispuesto a pagar cada país. Si desde Alemania Merkel apeló ayer a «una distribución equitativa» de la vacuna, es porque no la hay. Si Bruselas emplazó a las farmacéuticas a «cumplir sus obligaciones» contractuales, es porque han empezado a no cumplirse. Y si el Reino Unido cuestionó la decisión de la UE de controlar las exportaciones de las dosis, es porque parece estar beneficiándose de las grietas de un sistema demasiado opaco. La vacunación no puede ser solo un negocio. Es determinante para el planeta.