Rosa Belmonte

El verdugo machista

La canción del verano es la continua denuncia de todos los titulares y declaraciones que menosprecian a la mujer en los Juegos

Rosa Belmonte

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El último trabajo del verdugo británico Albert Pierrepoint consistió en colgar nazis en Alemania. Era muy bueno. Los juicios de Bergen Belsen. Crónicas del ABC, 1945 (Confluencias) acaba con un texto que da noticia de su jubilación. "Últimamente marchó a Belsen para ejecutar a Kramer y a los demás condenados a muerte por las atrocidades en el campo de concentración, tarea por la que percibió setenta libras esterlinas. Tenía 76 años y ha sido verdugo durante 35 años". Años después, Pierrepoint escribió unas chuscas memorias publicadas en 1974. Cuenta que cuando Irma Grese salió de la celda tenía el aspecto de una bonita chica a la que todo hombre habría querido conocer. También que se comportaba con el rubor de cualquier mujer a la que preguntan su edad. Y eran veintiuno. De Elisabeth Völkenrath escribió que, además de ser una de las que seleccionaba víctimas para gasear, era la más odiada. Dijo asimismo que era muy guapa. Claro, ninguna de las dos rubias eran como Juana Bormann, más fea que el perro que echaba a los judíos. Nadie en 1974 acusó a Pierrepoint de sexista. Este verano se habría llevado todos los piropos por machista.

Los Juegos de Río, medallas, proezas, delincuencia y piscinas verdes aparte, parece que están siendo un muestrario intolerable de menosprecio a las mujeres. Los titulares, los comentarios, lo habitual. Es la canción del verano. Que si a Simone Biles la han llamado la Michael Jordan de la gimnasia (¿eso es malo?), que si de Katie Ledecky se ha escrito que nada como un hombre (es un elogio, no es como decir que se comporta como un hombre), que si cuando se habla de Katinka Hosszu se habla demasiado de su marido y entrenador (anda, ¿y no nos han dado la brasa con la vieja entrenadora surafricana de Wayde Van Niekerk?).

No se pasa una. Hasta a la portada de Telva le ha caído por esto: "Dos años después del secuestro, hablan el periodista Javier Espinosa y su mujer". Hombre. A mí me parece mal ser la mujer de alguien pero hay mujeres a las que les gusta. Y se emparejan. Y se casan. No creo que ese titular la menosprecie (¿vas a repetir periodista?), sobre todo cuando dentro Mónica G. Prieto es entrevistada igual que el marido por su libro y no sólo por ser su mujer (peor es que la vinculen sentimentalmente con Julio Anguita Parrado en lugar de con Julio Fuentes, su primer marido). Pero lo de los Juegos es un no parar. Sin contar con la extravagante idea de que no se pueda señalar a las guapas, cosa que también se hace con los guapos (hacer listas de feas sí que sería reprobable; me ofrezco). En este gran circo del sexismo sólo faltaba la simpática china Fu Yuanhui declarando que tenía la regla y por eso rindió menos. Y entonces los titulares se ponen a hablar del "tabú". ¿Y eso no es sexista? Más tabú es lo que dijo Michael Phelps de que todos los nadadores hacen pipí en la piscina.

Amy Schumer, que acaba de publicar su primer libro, se reía de sí misma en esa estupenda pieza donde Julia Louis-Dreyfus celebraba su último fuckable day. "¿Tú eres esa que sale en la tele hablando de sus partes íntimas?", le preguntaba la homenajeada. El tema es recurrente para ella. "Soy etiquetada como una cómica sobre sexo. Pero si un tío se subiera a un escenario y se sacara el pene, todo el mundo diría: "Es un pensador"". Venga, hay que denunciar todas las majaderías babosas y tradicionales de nuestra señorita civilización occidental. Pero también reírse del sexismo, algo peor visto que el sexismo mismo. Y de Pierrepoint colgando rubias nazis de buen ver.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación