Editorial ABC
Los venezolanos nos piden ayuda
Las masivas manifestaciones que tuvieron lugar ayer en todo el país en apoyo al presidente encargado, Juan Guaidó, son la prueba de que el intento de desencadenar un pronunciamiento militar no ha caído en saco roto
La situación en Venezuela sigue siendo confusa, y no solo para los observadores internacionales, sino para el propio Nicolás Maduro, que no sabe ya a ciencia cierta quiénes serán los generales que harán sonar su hora. La injerencia del régimen ruso incitándole a resistir no obedece, en ningún caso, a los intereses de Venezuela, sino a los del autócrata Vladímir Putin, que ha encontrado en este martirizado país un instrumento de bajo coste para sus ambiciones geoestratégicas, y mucho menos beneficia al propio Maduro, que va cerrando una tras otras las pocas puertas que le quedan para una salida discreta y poco comprometida.
Las masivas manifestaciones que tuvieron lugar ayer en todo el país en apoyo al presidente encargado, Juan Guaidó, son la prueba de que el intento de desencadenar un pronunciamiento militar no ha caído en saco roto. Puesto que el régimen totalitario ha cerrado todos los caminos institucionales, a los venezolanos no les queda más salida que apelar a los representantes del estamento militar para que escuchen el clamor de los millones de personas que padecen los desastrosos efectos del chavismo revolucionario. Aquellos que dicen rechazar la violencia en este momento histórico de Venezuela no parecen darse cuenta de que son los venezolanos que piden libertad quienes sufren la represión indiscriminada del régimen, y quienes tienen que sobrevivir sin comida, sin agua ni electricidad, en condiciones que no se dan ni en países en guerra. Cuando el Gobierno de Pedro Sánchez dice que desea un proceso «sin derramamiento de sangre» cabría preguntarle qué opina de las miles de armas que Maduro ha repartido entre sus seguidores más fanáticos para acosar y amedrentar a los que piden su renuncia.