Mayte Alcaraz

La última bala

Sánchez odia a Rajoy, pero pedirá su voto si lo necesita

Mayte Alcaraz

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Un barón socialista de enfado en pecho reflexiona tras una taza de café sobre el «paso al frente» que acaba de dar Pedro Sánchez para «salvar a España». O eso dicen él y Luena, apunta mi interlocutor.

«Mira, había que elegir entre susto o muerte, pero hemos optado por enterrarnos cuando nos quedaba un soplo de vida. Es decir, cuando todo esto acabe, los 90 escaños nos van a parecer lingotes de oro. No hay un líder socialista, y mira que los hemos tenido taimados, que despierte menos simpatías en Ferraz. Allí se ha decretado la ley del silencio. Todo lo que no supervisa Luena es observado con sospecha. Hasta el pobre Hernando [Antonio] pretendía tender puentes con Rafa Hernando, pero ha sido imposible. De hecho, intentó que Pedro llamara a Rajoy cuando lo de la mesa del Congreso, y no quiso. Ni una llamada de cortesía. Todo lo que huele a Rajoy está vetado».

«A mí, después de muchos trienios en el PSOE lo que peor me sentó fue la pantomima de las reuniones antes del Comité. Por allí desfilamos y lo único que obtuvimos fueron buenas palabras de que a Podemos y a su referéndum ni agua y de que a los nacionalistas no se les iba a pedir ni su voto ni su abstención. Eso sí, a cambio se nos reclamó que insistiéramos ante vosotros los periodistas en la resolución del día 28, que exigía no pactar con Rajoy. A mí, un amigo que tengo en la dirección, me alertó el sábado por la mañana de lo de consultar a las bases. Sin embargo, Pedro no dijo ni pío. Por no hablar de las grabaciones. A mí no me quita nadie de la cabeza que eso salió de allí... Cortadito y todo en un móvil desde dentro para que solo se oyeran las críticas».

«Como yo conozco a los de Podemos, que me soplan cosas, sé que esto va a ser muy difícil y que Pedro cree tener una bala en la recámara que consiste en poner a Rajoy ante su obligación institucional de abstenerse para que él sea presidente. Es que Podemos y Ciudadanos son el agua y el aceite. Rivera me ha dicho que solo les unía lo de la renovación de la política, pero que no quiere a Iglesias ni en pintura por lo de Cataluña. Pero digo yo una cosa: si no queremos que el PP nos apoye, ¿por qué vamos a reclamar su ayuda? Si no son buenos compañeros de viaje no lo son para nada. Pedro quiere ser presidente, pase lo que pase. Bueno, quiere ser expresidente, que será como termine en breve. Porque es de ilusos creer que, con 90 escaños y con Iglesias contando, tic tac, tic tac, las horas para dinamitarnos, se puede llevar un Gobierno en España. Y a mí me insisten los de Podemos en que quieren sentarse en el Consejo de Ministros y no con carteras de segunda como les va a ofrecer Sánchez. Errejón y Bescansa, que por cierto se llevan bastante mal, tienen que tocar poder».

«Pedro dice en privado que quiere pasar a la historia como el presidente que sacó del poder al PP. Y puede que lo consiga. Pero si falla y hay elecciones, será Rajoy el que a su manera, que a mí me saca de quicio, elimine a Sánchez del PSOE. Aunque luego se tendrá que ir él también».

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