Tribuna abierta

La unidad y el relanzamiento de Italia

Para afrontar momentos tan difíciles como los que estamos viviendo es preciso un gobierno de unidad nacional, menos orientado a los conflictos y a las diferencias y más al interés común

Draghi, ayer
Giuseppe Tringali

Giuseppe Tringali

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Hace algunos días, cuando el presidente de la República taliana, Sergio Mattarella, llamó a Mario Draghi, escribí en este periódico sobre la posibilidad de un cambio de paso para Italia.

El mío era claramente un auspicio porque siempre he pensado que para afrontar momentos tan difíciles como lo que estamos viviendo era necesario un gobierno de unidad nacional, un gobierno responsable, moderado, menos orientado a los conflictos y a las diferencias y más al interés común.

Era necesario un gobierno con una fuerte inspiración europea que contara con la política, pero también con la calidad de expertos en los temas mas relevantes para relanzar el país. Figuras capaces tanto de diseñar el «plan de recuperación», como de supervisar su ejecución.

En los momentos claves de su historia Italia siempre ha tenido la capacidad de encontrar la solución más adecuada, tal y como ha demostrado esta vez.

Ayer, el Senado votó a favor del Gobierno de Draghi donde obtuvo una amplia mayoría (262 apoyos), salvo la oposición de Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni y algunos disidentes de Cinco Estrellas. Hoy será el turno de la Cámara, donde se espera que se repita el guion y obtenga un gran respaldo.

Desde la crisis del Gobierno de Conte 2 generada por Matteo Renzi, el gobierno de Draghi ha sido posible gracis a la inteligencia política de Matarella. Éste ha conseguido responsabilizar a los partidos de las dramáticas dificultades por las que atraviesa el país y de la oportunidad única de relanzarlo, gracias al monto de los fondos europeos.

Draghi ha unido Italia y ha hecho más creíble su relanzamiento. El flamante presidente del Consejo de Ministros es un líder mundial reconocido, un político capaz y experto que hace de la reputación y de la competencia sus mejores credenciales para recibir la confianza de la población, de los partidos, de la finanzas y de las instituciones nacionales e internacionales.

El 'premier' ha elegido 23 ministros: quince, políticos; de ellos, mantiene a los de Sanidad, Interior y Exteriores, e incluye otros nuevos, como el exponente más moderado y europeista de la Liga Giancarlo Giorgetti, que se encarga de la cartera de Desarrollo Económico. Si estos 15 ministros cubren, prácticamente, casi todo el abanico parlamentario, en los 8 técnicos que se concentra la responsabilidad de diseño y ejecución de los proyectos del «plan de recuperación» necesarios para modernizar Italia.

Los ocho ministros técnicos tienen credenciales importantes. En la cartera de Transición Digital está Vittorio Colao, expresidente mundial de Vodafone; en Justicia, Marta Cartabia, expresidenta de la Corte Constitucional. En Economía y Finanzas, Daniele Franco, director general de la Banca de Italia; en Transición Ecológica, Roberto Cingolani, presidente del Instituto Italiano di Tecnologia, dal 2019 Chief Technology and Innovation Officer de Leonardo Finmeccanica; de Infraestructuras, Enrico Giovannini expresidente del Instituto Estatal de Estadísticas, ministro de Trabajo del Gobierno Letta y actual presidente de la Alianza Italiana para el Desarrollo Sostenibile ASviS.

La lista sigue. El ministro de Instrucción es Patrizio Bianchi, Scientific Director/International Foundation Big Data and Artificial Intelligence for Human Development (IFAB); en Universidad e Investigación Científica, Maria Cristina Messa, investigadora de medicina nuclear, exdecana de la Università Milano Bicocca, y en Interiores, Luciana Lamorgese, que formó parte del Gobierno de Conte 2, y exprefecta de Venecia y Milán

Draghi fijó sus prioridades en su discurso en el Senado. Entre ellas, figura la aceleración del plan de vacunas, utilizando si necesario la Protección Civil o el Ejército y estructuras públicas y privadas; la preparación del «programa de recuperación y resiliencia», dirigido hacia un desarrollo sostenible y con una clara cogobernanza y «proteger a todos los trabajadores y no a todas las actividades» por que algunas tendrán que cambiar radicalmente». Abundó en que apoyar al Gobierno significa apoyar a una Italia dentro de Europa, así como a una revisión profunda del IPRF con el doble objetivo de simplificar y racionalizar la estructura de los impuestos, reduciendo paulatinamente la carga fiscal y preservando la progresividad.

Hacer posible la vuelta presencial a la escuela; una Justicia más eficiente para combatir la corrupción y, por último, conseguir el equilibrio salarial entre mujeres y hombres con el diseño de planes y ayudas que permitan a la mujer no tener que elegir entre el trabajo y la familia.

En la composición del Gobierno y en las prioridades indicadas están las premisas para que Italia pueda relanzase. El liderazgo y la credibilidad del Presidente Draghi son prometedores. Es prometedora también la buena disposición de casi todos los partidos del arco constitucional parza unir esfuerzos y apostar por el interés superior de Italia. Con esas premisas y contando con el liderazgo de Draghi y de Mattarella para que la disposición de los partidos a trabajar juntos se traduzca en actos concretos, pienso que para Italia transformar los actuales problemas en oportunidades hoy es más posible.

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