editorial
La transparencia también obliga a Cs
En el caso de los cargos públicos, la transparencia obliga a poner en conocimiento de los ciudadanos las actividades empresariales que desarrollan
Portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid y candidata a la Alcaldía de la capital, Begoña Villacís ocultó su actividad en la sociedad que en 2007 creó junto a marido, ignorando la exigencia de transparencia a la que obliga la ley. Como hoy cuenta ABC, Villacís dejó formalmente de ser propietaria de esta sociedad unos días antes de recoger su acta de concejal en el consistorio madrileño, lo que no le impidió ejercer como administradora hasta el año pasado, cuando declaró de forma oficial su baja y documentó en el Ayuntamiento la existencia de esta mercantil. A diferencia del PSOE, cuyo líder no dudó en tirar de populismo para prejuzgar a los propietarios de este tipo de sociedades -muchos de ellos fichados como ministros y altos cargos de su Gobierno, en un ejercicio de hipocresía que retrata la carga demagógica del discurso de Sánchez-, Ciudadanos ha mantenido una postura marcada por el sentido común, propia de una concepción liberal de la economía y de apoyo a la iniciativa privada, en la que cualquier participación patrimonial o societaria no puede servir para prejuzgar a los contribuyentes. Invertir no es delito, y tampoco gestionar unos bienes cuyo control solo corresponde a Hacienda.
En el caso de los cargos públicos, sin embargo, la transparencia obliga a poner en conocimiento de los ciudadanos las actividades empresariales que desarrollan, una gestión privada -como administradora- que en el caso de Begoña Villacís le permitió incrementar su patrimonio inmobiliario con nuevas y cotizadas adquisiciones. Legítimo, pero del todo opaco. A diferencia de otras formaciones, Ciudadanos no persigue a los inversores, pero ha de dejar claro si ampara la ocultación como herramienta de uso político.