En primera fila
Todo a la abstención de la derecha
La última oferta de Ferraz deja claro que Sánchez no tiene ningún tipo de interés en forjar un Gobierno con Podemos
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O mucho cambian las tornas o España se irá de vacaciones sin Gobierno. El documento «España Avanza» aprobado ayer por Ferraz es una auténtica humillación de Pedro Sánchez a Pablo Iglesias. Y para más inri, pública. Después de cuatro míseras reuniones y a menos de ... quince días para el debate de investidura, la gran y maravillosa oferta que el PSOE envía a Podemos es, atención,... lo mismo que le viene ofreciendo desde hace más de dos meses. Gobierno monocolor, cooperación en segundos niveles y una oferta política basada fundamentalmente en el programa socialista. La propuesta es un «lo tomas o lo dejas» que da más la sensación de querer ser un «lo dejas», porque cuesta encontrar un gesto de verdadero cariño hacia los podemitas en el documento. Tal es así que tras leerlo, una se queda con la sensación de que Sánchez se llevará un disgusto si Iglesias decide votar a favor el día de la investidura.
¿Un nuevo pulso? A estas alturas no tiene sentido. Más bien parece que Sánchez ha decidido jugarlo todo a una investidura fallida en julio para elevar la presión sobre el bloque de la derecha, y lograr la abstención de PP o Ciudadanos en una segunda investidura en septiembre. Y si no lo consigue, a elecciones. Los estrategas socialistas están convencidos de que la derecha en conjunto no lograría mejorar el resultado en unos nuevos comicios y que habiendo negado Podemos el Gobierno al PSOE, el voto útil de la izquierda se concentraría en Pedro Sánchez. Veremos si se cumple.
Desde luego, si el planteamiento de Sánchez no fuera ése, estaría negociando hasta desfallecer con Iglesias, con más reuniones secretas que públicas en La Moncloa, intercambiando propuestas escritas al margen de la Prensa y pasándole la mano por el lomo desde la mañana a la noche. Así es como se negocia un Gobierno. Pero lo que estamos viendo es lo contrario. Quién corteja y cede es Iglesias. El líder morado ha ofrecido renunciar a una vicepresidencia, a los ministerios de mayor poder, e incluso a convicciones políticas... Imagínense los gritos de Ada Colau al enterarse de que está dispuesto a prometer por escrito que no apoyará un referéndum para Cataluña. Y, sin embargo, el PSOE solo le contesta con desaires. Es cierto que Iglesias debía sacudirse la prepotencia que tanto daño le ha hecho en el pasado, pero una cosa es saber ceder para buscar un consenso, y otra muy distinta arrodillarse ante quien no quiere negociar.
Una vez más, el líder morado ha vuelto a ensimismarse como la lechera del cuento. Su plan para salvar su futuro político pasa por conseguir dos ministerios, Vivienda y Pensiones, y ya tiene pensado quién los ocuparía. El primero para él, como inicio de su retirada del liderazgo podemita y del traspaso de poder a Irene Montero. El segundo para Yolanda Díaz, comunista gallega de su máxima confianza. Tan convencido está de que ésta es su jugada maestra que no ve la realidad más allá. «No hemos hecho otra cosa que flexibilizar nuestra postura, queremos negociar ya», se quejaba ayer. ¿Cómo es posible que esta pobre alma de cántaro no se haya dado cuenta aún de que Sánchez no tiene intención de tejer un gobierno conjunto?
En el punto en el que estamos, lo único que podría permitir una investidura exitosa en julio es que Iglesias renunciara a su gran y única aspiración: esos dos ministerios. Pero eso sería tanto como firmar su final político. Así pues, o mucho cambian las tornas, o España se irá de vacaciones sin Gobierno.
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