La prensa británica, ante el golpe
El «Times», otra vez
Como ya hiciera ante el artículo de Chris Haslam en el diario británico en el que postulaba una serie de recomendaciones de comportamiento para los españoles, Álvaro Martínez responde al texto a favor del secesionismo que el rotativo inglés acaba de publicar
Bajo el título «España otra vez», el «Times» ha acudido presto a deglutir sin rechistar la propaganda separatista que le sirven los golpistas catalanes, ese comistrajo argumental en el que la Ley es menos que un papel mojado que les permite romper por su cuenta un país. No es la primera vez que en un editorial arremete con dureza contra el Gobierno de España, porque parece que el mencionado diario británico ha elegido bando y en sus páginas es difícil encontrar ni un leve pellizco de monja a los sediciosos, mientras se acusa (anteayer mismo) al Ejecutivo de Rajoy de «imprudencia, dureza y aparente deseo de empeorar la situación». Ni Podemos mejora la soflama...
En la última pieza editorial, por ejemplo, el «Times» se asombra de que en este asunto las decisiones judiciales (como procesar a los rebeldes o impedir su investidura) las tomen… ¡los jueces! Fascinante novedad en una democracia, como si en Londres el encarcelamiento de los delincuentes lo decidieran Theresa May o Boris Johnson en una malhumorada tarde con ardor de estómago. No menos sorpresa le causa al rotativo que se aplicara el artículo 155, conforme a la Constitución -aprobada en su día por el 90,46 % de los catalanes-, después de que Puigdemont declarase la República Catalana pues eso, en vez de la salvaguardia de la unidad de España, es «una actitud de indignación legalista, mientras que la Policía y los tribunales persiguen con entusiasmo a figuras separatista». Y como por allí pasa el Támesis, aventa de nuevo en la pieza los sucesos del 1-O donde el perverso Mariano «desplegó a la policía antidisturbios, tomando urnas y disparando balas de goma a catalanes de todas las edades, cientos fueron hospitalizados». No deja que la verdad le estropee la falacia, porque ha multiplicado por cien los hospitalizados en la consulta ilegal. Y así, el editorial, que reconoce que la independencia «es una mala idea, contra los intereses de la nación española», va enhebrando las hilachas de donde cuelga el discurso victimista del separatismo, para concluir en la tronchante teoría buenista de que con «diálogo» y cuatro «leves concesiones de autogobierno» esto está arreglado. Pero si goza ya Cataluña del mayor autogobierno que haya conocido Europa... Ya quisieran los escoceses tener un tercio de un quinto del autogobierno catalán.
Extraña un poco esta entrega y complacencia unívoca a la causa «indepe» si tenemos en cuenta que la empresa editora del «Times» suele mantener siempre una visión muy amplia de las cosas. Por ejemplo, en su día le permitió posicionarse de lunes a sábado en contra del Brexit, opción que sí jaleaba, como un gol de Rooney, en su edición dominical. A ver si mañana, que es jueves, España tiene la suerte de que opine que no estuvo muy bien intentar dar un golpe de Estado.