Pedro Rodríguez
Terror «low cost»
El terrorismo yihadista que ahora inspira el autodenominado Estado Islámico cada vez emplea a menos gente y despliega menos recursos materiales
El terrorismo, por definición, utiliza una cantidad limitada de violencia pero buscando siempre el mayor impacto posible. En el ataque perpetrado ayer contra Londres se ha vuelto a materializar esa estrategia del terror con una letal combinación de mínimos recursos y máximo simbolismo. Un todo-terreno y un cuchillo habrían sido suficientes para cometer múltiples asesinatos y herir a más de una veintena de personas , además de llevar el caos y la confusión a la sede del poder político en Gran Bretaña y forzar la evacuación de su primera ministra.
En contraste con la superproducción que supuso el 11-S orquestado por Al Qaida contra Estados Unidos, el terrorismo yihadista que ahora inspira el autodenominado Estado Islámico cada vez emplea a menos gente y despliega menos recursos materiales . Limitaciones que suple con radicales más o menos improvisados pero siempre dispuestos a perder la vida en la comisión de trágicos atentados.
Si la selección de objetivos como Westminster no es nada casual, las fechas tampoco. Los terroristas no pierden de vista el calendario para alentar la psicosis de un conflicto permanente y en múltiples frentes. Un pulso continuado en el que ellos aparentan retener la iniciativa . El ataque en Londres coincide con el aniversario de la ofensiva terrorista perpetrada hace un año contra Bruselas.
Este terrorismo "low cost" resulta especialmente insidioso de combatir porque apenas ofrece rastros o indicios. Lo que reduce en última instancia las posibilidades de identificar amenazas e intervenir a tiempo. Dentro de esta peligrosa mutación hacia el minimalismo, las conexiones son cada vez más tenues entre instigadores y asesinos. Y la carencia de puntos susceptibles de ser conectados multiplica la dificultad de una respuesta efectiva.
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