Editorial
La tarea del centro-derecha europeo
Los partidos conservadores deben recuperar sus mensajes y principios tradicionales para rescatar el apoyo de los electores y luchar contra los nacionalismo extremos en vez de imitarlos
Ahora que la profunda crisis financiera que ha arrasado a Occidente parece ya superada, el panorama político europeo es desolador para los partidos del centro-derecha tradicional, a pesar de que han sido los encargados de resolver los problemas, como en España, o de impedir que se desencadenasen, como Alemania. En Francia, los republicanos han sido prácticamente laminados por el «macronismo»; en Italia prácticamente han desaparecido; en Gran Bretaña, los conservadores se desgarran a cuenta de u n Brexit al que les condujo la demagogia nacionalista ; en Alemania la extrema derecha está rompiendo todos los esquemas de la política tradicional, igual que ya ha pasado en Austria y hoy mismo en Suecia... Y en España, el PP que era uno de los pilares del centro-derecha europeo, está tratando de levantar el vuelo con un nuevo liderazgo después de haber perdido el poder. Los partidos que han sido uno de los componentes esenciales de la estabilidad política en Europa se encuentran en una situación muy delicada, bajo la amenaza de los movimientos radicales y populistas que se aprovechan de la incertidumbre. Las encuestas para las elecciones europeas de mayo próximo ponen los pelos de punta.
Una de las razones por las que una parte creciente de la población europea apoya a fuerzas populistas y extremas es porque ha perdido la certeza con la que hasta ahora ha construido su futuro. Los que votan masivamente a partidos de extrema derecha nacionalista son sobre todo sectores humildes, los mismos que durante décadas votaban el siglo pasado a los partidos comunistas. El mensaje basado en soluciones sencillas a problemas complejos es el que nutre a estas fuerzas que están ocupando el espectro político. Y lo peor que pueden hacer los partidos del centro-derecha tradicional es entrar en su mismo juego. Cada vez que han intentado acercarse a los electores adaptando su mensaje al de los radicales y demagogos, han ganado estos últimos. Los conservadores han demostrado siempre que tienen soluciones basadas en la libertad, los valores cívicos y el respeto a la ley y las instituciones. La defensa clara de sus principios es el camino para recuperar el apoyo de los electores . Decirle la verdad a los ciudadanos es el único camino, y eso significa luchar contra los nacionalismos extremistas en lugar de intentar imitarlos.