A LOS CUATRO VIENTOS
La soledad de JJpD
Jueces y Juezas para el Gobierno Bonito
Los asociados a Jueces y Juezas para la Democracia (antes solo JpD) se han quedado literalmente solos en la esfera judicial a la hora de defender al Gobierno, acusado por el resto de las asociaciones profesionales de no amparar al magistrado Pablo Llanera en la campaña de acoso urdida por los prófugos separatistas que acaudilla desde Bruselas Carles Puigdemont. No es extraño que con semejantes decisiones y con esa entrega al Ejecutivo (siempre que este sea «progresista», claro) sean la tercera organización de la carrera con 523 asociados, muy por detrás de la mayoritaria APM, que tiene 1.328, y de la Francisco de Vitoria, con 797. Así las cosas, JJpD es la única que en 2017 perdió asociados respecto al año anterior, según datos de CGPJ.
Nada extraña esa menguante implantación. Cuando uno se vuelca con tal entusiasmo con el poder ideológicamente afín y echa montañas de arena sobre los problemas, preocupaciones y avatares de los jueces y el sistema, es normal que tenga tan poco tirón entre la judicatura. Puestos a elegir un nombre que represente de verdad a colectivo tan progresista y «democrático», además de acudir a la corrección política igualitaria del «jueces y juezas», quizá debieran meditar si no es más clarificador para los ciudadanos que empiecen a llamarse Jueces y Juezas para el Gobierno Bonito (JJpGB) y cambiar su sede social a La Moncloa o a la calle Ferraz. Cada cosa en su sitio.
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