A LOS CUATRO VIENTOS
Santi Potros, en la calle
Libre sin pedir perdón ni mostrar arrepentimiento
Con cuarenta asesinatos a sus espaldas, Santi Potros abandonó ayer la prisión de Topas, en Salamanca. No hubo palabras, ni siquiera de compasión hacia sus víctimas o de arrepentimiento.
El matarife de Hipercor y de la plaza de la República Dominicana eligió para celebrar su libertad comer en una sociedad gastronómica de su pueblo; clara demostración de su nula capacidad para pedir perdón por sus crímenes.
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