Testimonios del coronavirus

Carta de una madre: «No voy a exponer a mi hijo en un aula»

«Por parte del colegio no hay un protocolo firmado, solo un documento de medidas de prevención, muchas de ellas sin concretar»

Archivo ABC

Sandra Sousa

Mi caso no es de los más "espectaculares" en relación con el coronavirus. Pero sí puedo decir que desde que se produjo el estado de alarma hasta ahora en mi familia hemos hecho una vida muy parecida al confinamiento.

Mi hijo empieza este año primero de primaria y, después de estar meses informándome y documentándome para adquirir los mejores hábitos de prevención contra el virus, es casi de "risa" (con lágrimas de desesperación incluidas) ver que una de las medidas tomadas en el regreso a las aulas es establecer "burbujas de convivencia" con nada menos que 20 alumnos, que es lo mismo que con 20 familias, con las únicas herramientas de la mascarilla y el gel, porque la distancia no se va a poder garantizar.

Por parte del colegio no hay un protocolo firmado, solo un documento de medidas de prevención , muchas de ellas sin concretar, como la frecuencia de la higiene de los aseos, si Educación Física se hará al aire libre o si ante un posible positivo el resto del aula seguirá dando clase.

Tampoco hay compromiso en implementar herramientas eficaces para la ventilación de las aulas , pero sí está claro que si se producen faltas sin justificar se regularán por el Régimen de Reglamento Interno, lo que se traduce en realizar la insinuación de la activación del protocolo de absentismo cuando en medio de una pandemia este concepto pierde su sentido.

Se exige a los niños que asuman en los colegios una responsabilidad propia de adultos . De los niños se puede esperar que se les olvide, se confíen y/o se cansen de vigilar las medidas de forma estricta porque, si nos pasa a los adultos, ¿qué no puede suceder con ellos que tienen que ser eso, niños?

Recientemente, en previsión de la vuelta al cole, mi familia se ha hecho un test serológico por precaución . Sorprendentemente, después de haber sacrificado vacaciones, reuniones familiares (excepto en la calle y guardando distancias y con mascarilla), reuniones sociales y, en definitiva, haber rechazado hacer una vida normal como cabría esperar en verano uno de nosotros dio positivo confirmado negativo por PCR posteriormente.

Los padres somos de riesgo, por asma uno y por pre-diabetes el otro. Yo no trabajo fuera de casa y mi marido teletrabaja. Excepto por la tristeza que me produce privar a mi hijo de la oportunidad de socializar, aprender y disfrutar de la experiencia escolar en el centro de enseñanza, no tengo ningún motivo que me obligue este año a exponerle a él ni a ninguno de nosotros a contagiarse de un virus que no se sabe cómo afecta a cada persona, que es altamente mortal en algunos casos y para el que no existe aún vacuna ni tratamiento que limite esa mortalidad. No voy a exponerle en un aula donde tiene muchas posibilidades de resultar contagiado e incluso contagiar a otros.

Tanto las familias, como el personal docente y no docente e incluso los sanitarios debemos exigir de las instituciones las herramientas adecuadas para que todos los niños que asistan a los centros lo hagan con todas las garantías y seguridad , pero no con mensajes institucionales que apelen a la "confianza" o "tranquilidad", que una vez más debemos poner de nuestra cuenta. Sino medidas reales, planificadas y llevadas a cabo por profesionales de cada campo para la protección de todos y favorecer la recuperación de la economía.

Dependiendo de cada situación familiar debe ofrecerse también la posibilidad de optar a la formación online durante la pandemia y mientras no exista vacuna y/o tratamiento que reduzca la mortalidad o las posibles secuelas.

Debemos exigir por parte de las instituciones una actitud de empatía y humanidad , y si de esto no son capaces por ser valores demasiado altruistas, entonces debemos exigir respeto por las vidas humanas que sustentan un país en el que, tanto si gusta como si no, dependemos del trabajo bien hecho de todos para seguir adelante y avanzar. #EsteVirusLoParamosUnidos, los aplausos y criticar un "alarmismo" plenamente justificado son inútiles cuando lo que hay que hacer es ponerse a trabajar con interés.

* Sandra Sousa vive en Madrid.

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