Los retos de Román Escolano

Aunque el tiempo de las grandes reformas tuvo lugar en la pasada legislatura, cuando la virulencia de la crisis exigía un drástico cambio de rumbo, y la actual situación de minoría parlamentaria dificulta la adopción de nuevas medidas, el ministro de Economía, Román Escolano, viene con su propia agenda reformista y deja claro que trabajará para lograr su aprobación mediante el diálogo y la negociación. En la entrevista que publica hoy ABC, la primera que concede como ministro, Escolano se define como un firme defensor del reformismo , ratificando así su intención de no conformarse con los éxitos cosechados en materia económica a lo largo de los últimos años, sabedor de que la recuperación necesita un impulso constante para mantenerse en el tiempo de forma sólida.

Según las estimaciones oficiales, España crecerá un 2,7% este año, a la cabeza de los grandes países europeos, y creará otros 475.000 empleos. La progresiva normalización de la actividad empresarial en Cataluña, gracias a la aplicación del artículo 155, y la favorable coyuntura europea invitan al optimismo, pero la economía nacional necesita más y mejores reformas para reforzar los cimientos que han posibilitado esta mejoría. Entre las prioridades que maneja el ministro, destaca el apoyo a la internacionalización de las pymes y el rediseño de los organismos supervisores. En cuanto al primero, es fundamental que España se consolide como una potencia exportadora de primer nivel para seguir reduciendo la deuda externa y poder aprovechar las oportunidades que ofrece el comercio global. Asimismo, urge que los entes reguladores mejoren su operativa y refuercen su independencia para garantizar el correcto funcionamiento del mercado, lo cual redundará en una mayor confianza de los inversores. Sin embargo, buena parte de sus funciones como ministro se desarrollará en los organismos comunitarios. Su marcado perfil técnico, su carrera en el ámbito financiero y su reconocido bagaje internacional lo convierten en la persona idónea para lidiar con las complejas negociaciones que tienen lugar en Bruselas.

El cumplimiento de los objetivos de déficit público , la privatización de Bankia, la paulatina subida de los tipos de interés en la zona euro, la ofensiva proteccionista que ha lanzado EE.UU. o los nuevos retos que genera la economía digital son algunos de los problemas que afrontará Escolano. Y todo ello sin contar que a nivel interno deberá echar mano del diálogo para poder acordar con los grupos de la oposición las reformas planteadas. La principal labor de todos los partidos debería centrarse en negociar la aprobación de nuevas medidas con el fin de apuntalar la recuperación económica, pero, a la vista de la negativa actitud que muestra la oposición, cuya atención se centra en las próximas elecciones, todo apunta a que será una tarea complicada.