EDITORIAL ABC
ERC recula y hunde a Forcadell

Esquerra Republicana de Cataluña y el presidente del Parlamento catalán, el independentista Roger Torrent, han tumbado una iniciativa popular que pretendía reiniciar los trámites que permitan aprobar otra declaración unilateral de independencia y la proclamación de la «república» de Cataluña. No por absurdo deja de ser interesante el planteamiento. Primero, porque Torrent deja a los pies de los caballos a su antecesora, Carme Forcadell, quien ha sostenido en el juicio penal por el intento de golpe de mano contra la unidad nacional que, en su momento, ella se vio obligada a tramitar una iniciativa similar porque se trataba de un imperativo legal que ella no podía frenar. Tan falsa era su versión como cierta la decisión de Torrent, y de la Mesa del Parlament, de no desencadenar un nuevo ataque al Estado de Derecho.
Es evidente que Forcadell se sentía cómoda en su papel de marioneta de los golpistas, y que fue una cooperadora indispensable para que se cometiera una ilegalidad flagrante. En cambio, Torrent y el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, no se han atrevido a tanto. Carles Puigdemont está huido y no podrá regresar a España sin pasar por la cárcel. Y Oriol Junqueras lleva más de un año en prisión. En el fondo, el Código Penal ha resultado ser una medicina idónea frente a cualquier tentación separatista, y el independentismo así lo asume ahora. Cataluña está en fase de recuperación de muy graves heridas emocionales. La fractura social provocada por el separatismo ha sido severa, y ya no caben más declaraciones unilaterales de independencia, sino políticas respetuosas con la ley y, sobre todo, con la ciudadanía, a la que se ha estafado con utopías imposibles.