Ni rastro del «gobierno bonito»

El sondeo que hoy publica ABC confirma que los españoles ven muy negativo el cambio de Gobierno ante el desconcertante y caótico mandato de Sánchez

Isabel Celaá, portavoz del Gobierno Maya Balanya

ABC

La encuesta de GAD3 para ABC refleja un estado de opinión que no da tregua a Pedro Sánchez en ninguno de los frentes que tiene abierto. El juicio de los españoles es definitivo en tres aspectos esenciales: el cambio de Gobierno ha sido negativo para España. Además, los encuestados suspenden a Pedro Sánchez en todas y cada una de sus principales apuestas, como la política catalana, el empleo y las pensiones, la subida de impuestos y el diálogo con lo nacionalistas. Para un Gobierno y un partido -el PSOE- que se jactan de estar apegados a las necesidades de los ciudadanos y tener más sensibilidad que nadie ante los problemas sociales, esta encuesta debería provocar una rectificación urgente de su desconexión con la realidad. Metido en faena de rectificación tras rectificación, esa sí que sería una buena corrección. Pero la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, sentenció que no habría adelanto electoral, dejando nuevamente en evidencia que Sánchez mintió cuando afirmó lo contrario al defender la moción de censura.

Además de desnudar la falsedad de intenciones de este Ejecutivo, tal empecinamiento en gobernar con 84 escaños y sin mandato de los ciudadanos golpea el crédito de las instituciones democráticas ante los ciudadanos. Sánchez no sólo no ha renovado la vieja política, sino que ejercita sus peores vicios de pactos opacos, de decretos leyes, de improvisación diaria y de negarse a sí mismo cuantas veces sea necesario.

Cuando unos ciudadanos atienden una encuesta con respuestas que suenan como pedradas, y más aún a un Gobierno que apenas lleva tres meses de mandato, la situación es crítica. Del «Gobierno bonito» hemos pasado al «Gobierno mutante» y de este al «Gobierno líquido». La operación cosmética de unos nombramientos ministeriales que merecían, a primera vista, un voto de confianza, no ha resistido el baño de realidad que supone intentar negociar con golpistas separatistas o con la extrema izquierda antisistema. Mientras la exhumación de los restos de Franco y la medalla de Billy el Niño sean las prioridades del consorcio Sánchez-Iglesias, la inmensa mayoría de los ciudadanos se sentirán progresiva y aceleradamente críticos con el Gobierno socialista.

El último dato del paro es preocupante, el consumo está bajando, los salarios no se recuperan, la actividad económica se ralentiza y no hay sobre la mesa ninguna propuesta de reforma estructural de nada. Tres meses de tiempo perdido para un país que, con dificultades, estaba remontando la crisis y recuperando la confianza propia y ajena, hasta que una coalición destructiva dio el poder a Sánchez. El socialismo siempre deja a España peor que como la encontró.

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