EDITORIAL ABC
Rajoy saca provecho del debate
El candidato popular supo simplificar la contienda con realismo y sentido común, oponiendo la moderación a las fórmulas fracasadas del socialismo intervencionista
![Mariano Rajoy, a su llegada al debate](https://s1.abcstatics.com/media/ciencia/2016/07/02/52942610-k7xF--620x349@abc.jpg)
EL único debate entre los cuatro principales candidatos del 26-J se desarrolló conforme a los intereses de cada uno de ellos y en función de las expectativas que les anuncian las encuestas. Por eso, hubo un debate a cuatro y, al mismo tiempo, debates a dos en la pugna por los liderazgos del centro-derecha y de la izquierda. No es fácil valorar la incidencia que el debate pueda tener en ese tercio de votantes indecisos reflejado en la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, pero es evidente que en sus manos está el mayor o menor margen de maniobra que tendrán los partidos para llegar a un acuerdo y facilitar la formación de gobierno. La reiteración de mensajes y gestos tópicos durante el debate –prácticamente los mismos del 20-D– no habrá contribuido precisamente a estimular el voto de los abstencionistas, ni a decantar el voto de los indecisos. No obstante, el nivel del debate fue aceptable, pese a contados momentos de previsible tensión, gracias a la ausencia de descalificaciones personales. Mariano Rajoy demostró que sabe ser el objetivo común de sus adversarios y replicó con datos concretos los aspectos en los que ha mejorado la economía, su terreno más seguro y fiable. Fue superior en claridad de ideas, manejo de cifras y defensa de sus propuestas. El candidato socialista, Pedro Sánchez, se mostró apremiado en marcar su territorio frente a Rajoy y frente a Pablo Iglesias, difuminando sus propuestas en una dialéctica de supervivencia, preocupado desde el primer minuto por la desmovilización del electorado socialista. Pablo Iglesias se movió subido a las encuestas que confirman un resultado superior al del PSOE, lo que hizo que se comportara como la alternativa a Rajoy, achicando el espacio a Sánchez para colocarlo en un intencionado segundo plano. Albert Rivera acreditó su telegenia en un mano a mano con Iglesias , consciente de que tiene que romper el techo que le marcan las encuestas haciéndose hueco a izquierda y derecha.
La foto del debate reflejó, en todo caso, la realidad política de España, con el bipartidismo debilitado y con fuerzas emergentes que aspiran a consolidarse en los espacios políticos por los que pugnan. Sin embargo, a pesar de las diferencias que todos insistieron en remarcar, el resultado del debate demostró que los gobiernos de las sociedades democráticas modernas oscilan entre dos grandes líneas ideológicas: la liberal conservadora y la socialdemócrata. Desde esta perspectiva, Rajoy supo simplificar la contienda con realismo y sentido común, oponiendo la moderación y el reformismo que quiere representar a las fórmulas fracasadas del socialismo intervencionista.
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