Rajoy haciendo cosas
Sólo hay que esperar que después del artículo 155 no llegue el 116. El del estado de sitio
Para que no decayera la chifladura del independentismo, Marta Rovira se dirigió a Inés Arrimadas en el Parlament: «Diga a la policía de paisano que no me siga». Arrimadas se llevó el dedo a la sien, sabedora de que en ese momento era como Magda Donato cuando en 1932 pasó un mes en un sanatorio mental para hacer un reportaje. Los locos tomaron el barco y la capitán de pelo graso declaró la independencia tras un cobarde voto secreto . Con la ausencia de Ciudadanos, PSC y PP y la presencia de banderas catalanas y españolas que esta vez la vieja no quitó.
En 1977, un millón de personas pedía en Barcelona «Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía». Eduardo Mendoza recordaba la sensación de libertad «nueva y embelesadora» que parecía flor de un día y no podía durar. Ha durado hasta que unos zumbados han decidido que el Estatuto de Autonomía no era suficiente, que tenían derecho a mucho más. A más postre. Al que tomaron la última noche en el Titanic. Al final han llegado a un «from lost to the river» , sabiendo que a la declaración de independencia (un delito y una irresponsabilidad) iba a seguir la aplicación del art. 155 de la Constitución. Mientras descolgaban banderas españolas de los edificios públicos fortalecían al Estado. Sólo hay que esperar que después del 155 no llegue el 116. El del estado de sitio. Rajoy ha anunciado elecciones en Cataluña el 21 de diciembre. El mismo día se despide La Maña en el Paralelo.
