Curri Valenzuela - CHISPAS
Rajoy, ahora sí
Quienes querían que Mariano Rajoy no siga siendo presidente del Gobierno, que son muchos, tienen bastante más difícil desde anoche lograr ese objetivo
Quienes querían que Mariano Rajoy no siga siendo presidente del Gobierno, que son muchos, tienen bastante más difícil desde anoche lograr ese objetivo. Ya no hay nadie quien le tosa tras convertirse en el único de los cuatro aspirantes que ha mejorado sus resultados de diciembre y, aunque Pedro Sánchez se aferre al cargo, que lo hará, y además trate de ser investido otra vez, que puede que lo intente, va a resultar casi imposible negar al candidato popular que se salga con la suya de continuar en el cargo por la sencilla razón de que ha sido el más votado, y por bastante más diferencia de la que logró hace seis meses.
A Rajoy le animaba mucho en los paseos que se ha dado por diversas ciudades españolas en esta campaña que sus simpatizantes le saludaran al grito de «ahora sí, ahora sí». Y eso es lo que le ha pasado. Su resultado de ayer aún suma cincuenta escaños menos de los que obtuvo cinco años antes, pero después de lo vivido, del medio año en funciones criticado por todos los partidos, cuestionado por algunos, importantes, de los suyos, con su futuro puesto en duda por la mayoría de los medios de comunicación, lo de anoche fue agua de mayo en junio. En La Moncloa y en Génova, donde vivieron ayer un día de nervios, se pasaron al anochecer la consigna de mostrarse prudentes y moderados. Tampoco querían que los suyos se dedicaran a tirar cohetes.
Ya no está Albert Rivera en condiciones de jugar a los nombres que más le gustan para liderar el PP y tampoco tendrán nada que decir los críticos populares que estaban esperando la oportunidad para tirarse a degüello contra su líder. Y tampoco se da la circunstancia que más preocupó a la dirección popular a lo largo de la jornada de ayer, la posibilidad de una mayoría del bloque de izquierdas que habría hecho posible un gobierno de Podemos y PSOE.
La campaña del PP de asustar a sus antiguos votantes con el miedo de la llegada de Podemos al poder ha sido todo un éxito que nunca les agradecerá el PSOE, el más beneficiado, vistos los resultados. A Rajoy aún le queda lo más difícil, convencer a Sánchez de que permita, con su voto a favor o, en el peor de los casos, la abstención, su investidura. Pero, como anoche repetían los suyos, una vez más, «el presidente está muy tranquilo». Con razón: difícil será que esta vez no le dejen gobernar después de haber ganado sus segundas elecciones en seis meses.