Tribuna abierta
Un contexto desolador
«No se puede materializar la recuperación de España sin un turismo y una aviación en fase de crecimiento, lo que conlleva abrir el país y permitir la entrada a viajeros con pruebas o test negativos al covid»

El 11-S, la crisis financiera de 2008, la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull… ninguno de estos acontecimientos y las crisis resultantes para las aerolíneas y el sector del transporte aéreo se acerca a las consecuencias dramáticas que estamos viviendo por la pandemia. 2020 quedara en la historia como un año aciago del cual tardaremos mucho en recuperarnos si no tomamos medidas de inmediato.
Las pérdidas para las aerolíneas europeas sumaron 22,2 mil millones de euros y 1,7 mil millones de pasajeros no volaron en 2020. El mercado español registró un millón de vuelos menos, lo que supone una caída del 61%.
Las aerolíneas son las empresas más impactadas desde que estalló la crisis y han recurrido a ampliaciones de capital y préstamos para superar la mayor crisis de la historia de la aviación. En España las aerolíneas bajaron en febrero el precio de los vuelos un 11,9% para estimular la demanda, mientras, el gestor aeroportuario anunciaba una subida de tasas durante los próximos años y hacer pagar a las aerolíneas los vuelos y los pasajeros que no transportaron durante el estado de alarma. Las aerolíneas devolvieron el dinero u ofrecieron «vouchers» de los vuelos no disfrutados por el estado de alarma o las cuarentenas, sin embargo AENA ha pedido que las aerolíneas le paguen por los aterrizajes que no realizaron, los pasajeros que nos pasaron por sus aeropuertos y los aviones que nos despegaron.
Después de 12 meses, el impacto de la pandemia en la aviación sigue siendo aterrador, y solo hace falta visitar aeropuertos como los de Madrid o de Bruselas entre semana para darse cuenta del catastrófico estado del sector. La cantidad de aviones en tierra sigue siendo impactante: a finales de 2020, el 51% (4.118 de 8.048) de los aparatos en Europa seguían paralizados. De hecho, Madrid Barajas encabeza la lista de aeropuertos con más aviones en tierra con 132 a finales del año pasado. Las terminales, incluso en hora punta, están completamente vacías y sus tiendas cerradas, como si fueran las 4 de la mañana.
Los gobiernos decidieron cerrar fronteras, algo que sigue siendo de actualidad un año más tarde. Si bien reconocemos la necesidad de reducir la propagación, cuestionamos la forma en que se suele abordar. Esto incluye la ausencia de medidas armonizadas de un país a otro, cierres de fronteras y cuarentenas, o como hemos visto en algunas partes de Europa, pedir pruebas de antígenos de última hora por encima del ya obligatorio PCR de menos de 72 horas.
2020, un año para olvidar... y recordar
Los datos son verdaderamente abrumadores. Si el 82% de turistas llega por vía aérea, la pandemia ha supuesto un 72% de reducción de tráfico para España, lo cual tiene un efecto directo en el PIB. Es importante recordar que el turismo aportaba un 12,4% del mismo y en 2020 se redujo a un 4,3%, el valor más bajo desde que se publica este dato. 728.000 personas se han quedado sin empleo en este sector y los ERTE, aunque han ayudado a paliar la crisis, necesitan medidas de más largo alcance. No se puede hablar de recuperación sin un levantamiento progresivo de restricciones al viaje, con especial prioridad para las cuarentenas, una medida que, en los países donde se ha implantado, ha supuesto en la práctica, reducir la demanda a cero.
Resulta crucial tener la situación sanitaria bajo control lo antes posible para no asfixiar todavía más a la economía, pero también a las personas, muchas de las cuales necesitan viajar para mantener sus negocios, pero también para ver a seres queridos, familia y amigos. Al mantener nuestras fronteras cerradas, el riesgo de ver aerolíneas y otros actores del sector hundirse es cada vez mayor.
2021, un año de transición y (re)construcción
Los datos para el principio del 2021 confirman la tendencia del 2020 con una demanda en horas bajas que puede afectar a más de 1,1 millón de puestos de trabajo en la economía española. Si los resultados de las vacunas son prometedores, el ritmo de vacunación en gran parte de Europa y España es, al contrario, preocupante.
Es imprescindible ayudar a los gobiernos a que se reduzca el riesgo de importar casos y, a la vez, garantizar a los pasajeros un viaje seguro. La vacunación y los tests juegan un papel central ya que representan las mejores medidas para dar confianza tanto a gobiernos como a pasajeros. Esto pasa por aumentar y agilizar la capacidad de vacunación y de tests ofreciendo para estos últimos unas alternativas rápidas, fáciles y a coste bajo para impulsar a una demanda que sigue en horas bajas.
La mejor vía para reactivar el sector es trabajar con los gobiernos una hoja de ruta que nos permita establecer una apertura coordinada del país, levantando las restricciones de viaje de manera planificada y coordinada para reiniciar y aumentar gradualmente la capacidad. Esta hoja de ruta es particularmente crucial para Europa porque son muchos los sectores en el continente que dependen de la aviación: el turismo primero. En 2019, más de la mitad de las llegadas de los 1.460 millones de turistas internacionales a nivel mundial fueron contabilizadas por visitas a Europa. En la Unión Europea, el turismo contribuye el 10% del PIB y 5,6 millones de puestos de trabajo. Algunos países, entre los que destaca España, dependen especialmente del turismo, que requiere una mayor conectividad.
El viaje del pasajero debe ser lo más fluido y sin contacto posible, al mismo tiempo que se reducen los riesgos de falsificación de documentos. Y eso significa que la digitalización es imprescindible. Existen soluciones disponibles como la de IATA que ha diseñado una solución, el IATA Travel Pass (ITP) que permite a los pasajeros encontrar información precisa sobre viajes, pruebas y requisitos de vacunas para su viaje. Ayuda a los pasajeros localizar centros de pruebas y laboratorios en su lugar de salida que cumplan con los estándares para los requisitos de test o vacunación de su destino. También permite que los laboratorios autorizados y los centros de pruebas envíen de forma segura los resultados de las pruebas o los certificados de vacunación a los pasajeros. Como «apps» de viaje sin contacto, permite a los pasajeros crear un pasaporte digital, verificar que su prueba/vacunación cumpla con las regulaciones y compartir certificados con las autoridades para facilitar el viaje.
¿Y ahora, qué?
Es imprescindible reactivar la industria. La aviación y el turismo aportan 2,72 millones de puestos de trabajo y emplea casi siete veces más empleos que la automoción, y casi tres veces más que el sector financiero. Es más, ya no hace falta demostrar su influencia en otros sectores como pueden ser la restauración o el de los eventos.
La aviación también es clave para los territorios insulares y lo es gracias a los «hubs» de Madrid y Barcelona por el número de conexiones aéreas posibles desde los mismos.
No se puede materializar la recuperación de España sin un turismo y una aviación en fase de crecimiento, lo que conlleva abrir el país y permitir la entrada a viajeros con la prueba de negatividad al covid, que sea; o bien a través de una vacuna o/y de un test fácilmente administrable, rápido, y de coste bajo, así como la implementación de soluciones digitales como el IATA Travel Pass para armonizar y simplificar procesos para todas las partes implicadas.
Las hojas de ruta con su planificación e implementación son necesarias para intentar salvar lo que se puede salvar del verano que, cabe recordar, es cuando las aerolíneas tienen que generar la gran mayoría de sus ingresos. Y esperamos que estos esfuerzos nos permitan entrar en la nueva normalidad donde las personas puedan volver a viajar, conectarse y reconectarse con sus seres queridos de una forma segura.