El PSOE dispara el empleo público

La Encuesta de Población Activa del primer trimestre no solo arroja unos datos preocupantes tras la fuerte subida del paro, la mayor desde 2013, y la intensa destrucción laboral, sino que pone de relieve el engañoso e irresponsable modo de entender la política que tiene el PSOE, ya que buena parte de los trabajos generados en el último año son públicos. En concreto, de los 596.900 nuevos empleos que han surgido desde principios de 2018, el 80 por ciento se crearon en el segundo trimestre, cuando aún gobernaba el PP, pero es que, además, unos 108.000 corresponden a las Administraciones Públicas, de modo que la ocupación en el sector privado ha brillado por su ausencia bajo el mandato de Sánchez, con tan solo uno de cada cuatro puestos de trabajo generados. De hecho, han sido las comunidades socialistas las que, aprovechando la cercanía de las elecciones, han optado por ampliar de forma sustancial sus plantillas a cargo del bolsillo de los contribuyentes, con Baleares, Aragón y Castilla-La Mancha entre las que más aumentaron la contratación pública.

Más allá de que estas cifras desmontan por completo el discurso triunfalista del Gobierno en materia laboral, el desorbitado aumento del empleo público en un contexto como el actual constituye un grave desatino. En primer lugar, porque se traduce en más gasto, a pesar de que España se mantiene como uno de los países con más déficit de la UE, tras cerrar el pasado año en el 2,5 por ciento del PIB. En segundo término, porque no deja de ser una mera estrategia partidista para comprar votos y reforzar el clientelismo político del PSOE. Y, por último, porque dicho incremento no se ajusta a ningún criterio de eficiencia para mejorar el servicio a los ciudadanos. Sánchez vuelve a repetir los errores de Zapatero.