Editorial ABC
El PSOE se desquicia: León se hace secesionista
El despropósito territorial al que Sánchez ha conducido al socialismo lleva a la consolidación de esta disparatada pretensión de deshacer el Estado español en mil pedazos
El PSOE ha apoyado una iniciativa por la que el Ayuntamiento de León, donde gobierna desde hace año y medio, insta a las Cortes de Castilla y León y a las Cortes Generales del Estado a reconocer «el derecho a la constitución como Comunidad autónoma de la Región Leonesa». A las nueve naciones que Miquel Iceta ha descubierto en España quizás habríamos de sumar ahora una décima, León. El despropósito territorial al que Sánchez ha conducido al socialismo lleva a la consolidación de esta disparatada pretensión de deshacer el Estado español en mil pedazos, en la que parece que ya ha comenzado la batalla por desmembrar hasta las Comunidades autónomas. Nada puede reprochar por tanto la dirección federal del PSOE a sus conmilitones leoneses pues ha sido el propio secretario general quien alumbró la teoría de las mil naciones dentro de España, las que sean con tal de contentar a los nacionalistas, que son pilares fundamentales donde descansa su estancia en La Moncloa. Es curioso que Sánchez hable sin parar de esas nuevas «naciones» y apenas nunca se refiera a la única reconocida por la Constitución, que es la española, a la que solo se le ocurre reivindicar cuando se acercan las urnas. Y es en esa minusvaloración del texto constitucional y de la idea misma de nación donde reside el veneno de la estrategia sanchista que finalmente traslada a los ciudadanos que lo último, o lo menos urgente para este PSOE, es España. ¿Cómo olvidar que hasta el líder de los socialistas madrileños señalara que Madrid también puede ser una nación? Todo este frenesí de «descubre-patrias» no solo es ridículo sino que hace un daño enorme a la estructura del Estado pues surge cuando este necesita más unidad y fortaleza tras el embate de los separatistas catalanes, que acaban de intentar un golpe de Estado, con los nacionalistas vascos amagando con una reforma estatutaria que les de vía libre para decidir por su cuenta si el País Vasco es España o una de esas mil «naciones» de Sánchez.