Un proyecto de valores para España

El presidente del PP, Pablo Casado, desgranó ayer en el Foro ABC todo un proyecto de principios y valores para España, basado en la reivindicación del centro-derecha como referente ideológico, en la defensa a ultranza del constitucionalismo como esencia de nuestra democracia, y en la unidad de la nación como factor cohesionador de los ciudadanos frente a los proyectos separatistas. Casado exhortó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a someterse a una cuestión de confianza en el Congreso o, en su defecto, a convocar ya elecciones dado el deterioro que ha sufrido la vida pública en apenas 120 días de mandato del PSOE. De hecho, resulta inexplicable que Sánchez no compareciese ayer públicamente para hacer una encendida defensa de la soberanía nacional, y que dejase libre el terreno al independentismo catalán para conmemorar un año del 1-O, como si hubiese sido un triunfo de la falsa «república» catalana sobre el Estado de Derecho. El silencio de Sánchez fue decepcionante y contrastó con la contundencia del mensaje transmitido por Casado, apelando a una aplicación del artículo 155 de la Constitución y reivindicando los principios liberal-conservadores, la ley y el Estado de Derecho como dogmas imprescindibles en una democracia que se precie de serlo.

Casado denunció la manera en que la «fosa séptica» de la corrupción y las cloacas del Estado están contaminando nuestras instituciones y exigió que el Gobierno ponga fin a sus ansias intervencionistas, por ejemplo contra la libertad de prensa. También apeló al libre mercado y las rebajas de impuestos, y rechazó el revisionismo ideológico y sectario de nuestro pasado para deconstruir la historia. Fue mucho más que la disección del programa con el que el PP concurrirá a las urnas: fue una declaración de principios políticos y morales para distanciarse del centro-izquierda que -dijo- representa Cs, de la radicalización de la socialdemocracia y, por supuesto, del populismo extremista cómplice de quienes quieren destruir España. Desde esta perspectiva, Casado hizo hincapié en la necesidad de reformar la ley de Partidos para poder sancionar -e ilegalizar, llegado un extremo- a aquellos partidos que conviertan la confrontación civil y la violencia en su causa política contra la unidad de la nación.

No es casual que Casado dedicara también una parte relevante de su intervención en el Foro ABC a defender el valor de la familia en nuestra sociedad. Frente a lo que durante décadas ha sido norma común en todos los partidos, incluido el PP, Casado es consciente de que la familia es uno de los lamentables olvidos de los poderes públicos y el sustento real de cualquier sociedad. Sin familia no hay avance social, y hará bien el PP en retomar esta bandera para que deje de ser un mero apartado retórico y biensonante de su programa electoral, y se convierta en el objetivo comprometido de una auténtica política de Estado.