José María Carrascal
Primarias gallegas y vascas
Gallegos y vascos quieren un gobierno serio, sólido, predecible, que se ocupe de los problemas de la gente
SI quisiéramos resumir los resultados de las elecciones gallegas y vascas diríamos: el PP sube, el PSOE baja, Podemos se mantiene y Ciudadanos desaparece. El margen de todos ellos, un PNV que apostó a esconderse, sigue siendo el más votado, pero necesita apoyos para retener la lendekaría, un grandísimo problema. Ya en clave personal, Rajoy, que se implicó a fondo en Galicia, sale reforzado, mientras que Sánchez sale debilitado. Y si quisiéramos traspasarlo a unas eventuales elecciones en diciembre, la imagen es aún más impactante: el PP se robustecería, el PSOE se despeñaría , Podemos se convertiría en el primer partido de la izquierda y Ciudadanos tendría menos influencia de la que tiene.
Pero esas son cuentas a demasiado largo plazo en la pista de hielo que es hoy la escena política española, y lo que importa es el impacto de estas elecciones en la misma, totalmente bloqueada y sin posibilidades de formar gobierno. Lo lógico sería que Pedro Sánchez, el gran perdedor de la jornada, lo reconociese y se apeara de su triple no a un gobierno del PP. Pero, como hemos visto en los últimos días, Sánchez es un hombre desesperado, que busca un milagro y se aferra a la idea de un "gobierno de cambio" con todos los que forman la oposición. Era el proyecto que pensaba presentar a los líderes de su partido, a partir de hoy, con la amenaza de, si no se lo permitían, apelar a la militancia, que estaba seguro iban a apoyarle. Pero sin siquiera haber batido a las encuestas –que predecían el sorpasso de Podemos– y alcanzado por el PP en el País Vasco, donde ha sido partido importante e incluso llegó a gobernar, ¿se atreverá a mantener tales planes? Pues es capaz, dada la cerrazón en que ha caído. Por lo que la verdadera pregunta es: ¿se lo permitirá su partido? ¿Aceptará la Ejecutiva Permanente, con la que se reúne hoy, y el Comité Federal, con el que se reunirá el 1 de octubre, respaldar una deriva que está llevando al PSOE a la irrelevancia en que han caído los partidos socialistas griego e italiano? No lo sé, pero me resisto a pensar que en el que es el partido más antiguo de España y ha sido el que más ha gobernado en la presente democracia existan esas ansias suicidas.
En cualquier caso, estas elecciones autonómicas, que han sido, por una parte, la continuación de las dos últimas generales y, por la otra, las primarias de las próximas que puede haber, nos han dado una idea clara del ánimo del país: gallegos y vascos quieren un gobierno serio, sólido, predecible, que se ocupe de los problemas de la gente, con una oposición que lo controle y no tolere la corrupción que ha venido siendo la tónica de las últimas décadas, siendo el PP el que más se aproxima a ello.
Y no creo que el resto de los españoles difieran mucho de ello