EDITORIAL ABC
La perversión de aprobar sin aprobar
Rebajar la exigencia hasta el punto de casi regalar el título perjudica, en primer lugar, a los alumnos menos aventajados
La paralización parcial de la reforma educativa no solo ha generado un negativo clima de confusión entre alumnos, padres y profesores, sino que amenaza con reimplantar las graves deficiencias del sistema anterior, cuyos resultados han empeorado de forma sustancial la calidad de la educación en España, con todo lo que supone para el futuro de los jóvenes y del propio país. La anulación de las polémicas reválidas que decretó el Gobierno el pasado diciembre para evitar la derogación de la Lomce implicará la puesta en marcha de una nueva evaluación por la cual los alumnos obtendrán el título de secundaria (ESO) a pesar de haber suspendido dos asignaturas y sacar una nota media inferior a cinco. En concreto, la nueva fórmula que ha ideado el Ministerio de Educación consiste en sustituir el tradicional «aprobado» por «cumple los requisitos» , de modo que la calificación mínima pasa de cinco a cuatro puntos, tal y como avanza hoy ABC.
Rebajar la exigencia hasta el punto de casi regalar el título perjudica, en primer lugar, a los alumnos menos aventajados , que podrán pasar de curso sin haber asimilado los conocimientos mínimos. Además, dicho sistema daña al resto de estudiantes, cuyos incentivos para esforzarse y mejorar sus notas se verán reducidos a la mínima expresión. Lo más grave, sin embargo, es que su desarrollo implica una igualación hacia abajo que se traducirá en un menor rendimiento y una caída de la calidad educativa. La educación debe aspirar a la excelencia, no a un reparto arbitrario e indiscriminado de títulos -encubierto por una denominación vergonzante- que acaba devaluando la obtención de los mismos.
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