Editorial ABC
El peligro del pulso entre EE.UU. y China
La confrontación entre los dos países más poderosos del mundo es algo que tendrá forzosamente graves consecuencias para todo el planeta, sin duda muy negativas teniendo en cuenta la persistencia de la pandemia
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El enfrentamiento entre Estados Unidos y China crece en intensidad y relevancia. La confrontación entre los dos países más poderosos del mundo es algo que tendrá forzosamente graves consecuencias para todo el planeta, sin duda muy negativas teniendo en cuenta la persistencia de la pandemia. La raíz de esta confrontación es bastante simple: Estados Unidos domina la escena internacional desde mediados del siglo pasado y China se ha convertido en los últimos 20 años en una potencia planetaria cuyos intereses son cada vez más contradictorios con los norteamericanos. Existen también causas coyunturales que explican en parte este creciente aumento de la tensión y entre las que no se puede ignorar la debilidad personal del presidente norteamericano Donald Trump, que puede pensar que cierta dosis de nacionalismo podría ayudarle a revertir sus poco halagüeñas perspectivas electorales en las presidenciales de noviembre. El presidente chino, Xi Jinping, sin embargo, no necesita hacer ese tipo de cálculos, porque China no es una democracia, una característica que es en estos momentos la clave de la situación.
Durante décadas, Estados Unidos y Occidente en general han fomentado un desarrollo espectacular de China y en nombre del pragmatismo económico han pasado por alto que lo que estábamos alimentando era una dictadura que ha sacado a miles de millones de personas de la miseria pero los mantiene en una sumisión absoluta. No es deseable que suceda, pero podríamos vernos en una situación parecida a la que se conoció en la Guerra Fría, con un planeta erizado de misiles nucleares. Aquella situación nos ayudó a darnos cuenta de nuestra propia debilidad y de la necesidad absoluta de permanecer unidos en defensa de la libertad y la democracia.