EDITORIAL
No es hora de cambiar el rumbo económico
El Ejecutivo socialista tiene ya suficientes datos para saber qué no debe hacer. Bastaría con haber aprendido de la desastrosa experiencia del anterior gabinete del PSOE, cuya obsesión con el gasto público llevó a nuestro país al desastre . Se lo acaban de decir los principales bancos del país al alertar contra la idea de subir los impuestos para aumentar el gasto. Se le ha avisado desde estas páginas en varias ocasiones y con la firma de reputados economistas. Y se lo acaba de reafirmar la realidad de los datos, con la constatación de que el crecimiento, aunque robusto y sólido, ha empezado a ralentizarse por varios factores, entre los que figura una incertidumbre que ha hecho descender el consumo interno. Se acumulan las señales que aconsejan no variar el rumbo que había tomado la economía española en su salida de la crisis, mantener la prudencia en el gasto público y seguir con las reformas para modernizar la estructura productiva, en lugar de obsesionarse con hacer las pensiones aún más insostenibles.
Tres o cuatro décimas de crecimiento menos parecen poca cosa, más aún cuando se comparan con las modestísimas cifras de otras economías europeas. Sin embargo, lo juicioso sería, precisamente, tener en cuenta que en esas economías están nuestros principales clientes y que una interpretación triunfalista de los datos puede tener consecuencias catastróficas. El Gobierno debe recordar que hemos salido de la crisis con un lastre de deuda formidable, lo que nos hace muy vulnerables en caso de que se produjesen nuevas turbulencias. La pataleta por la derrota en el Congreso de su propuesta de techo de gasto -por lo que se ve, a Sánchez solo le gustan las votaciones que gana, como la de la moción de censura- podría ser en el fondo un buen punto de arranque.
Noticias relacionadas