Editorial ABC
Más mentiras del PSOE para blanquear los ERE
Al menos Susana Díaz, en su primera comparecencia pública tras el fallo, pidió perdón, cosa a la que Sánchez ni siquiera se ha dignado
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La operación de blanqueamiento del PSOE, y de sí misma, que hizo ayer Susana Díaz para sacudirse de encima toda responsabilidad tras la sentencia de los ERE habría resultado meritoria, en contraste con el sospechoso mutismo de Pedro Sánchez, si no fuera porque estuvo plagada de mentiras. Al menos Díaz, en su primera comparecencia pública tras el fallo, pidió perdón, cosa a la que Sánchez ni siquiera se ha dignado. Pero a renglón seguido sostuvo que no estaba en el Gobierno andaluz en 2011, cuando comenzaron los ERE fraudulentos y que ni siquiera soñaba con ser presidenta. Eso sí, olvidó recordar que fue consejera durante una buena etapa del Gobierno de José Antonio Griñán y diputada autonómica, y eludió el relevante detalle de que con su voto propició la aprobación de unas partidas presupuestarias ideadas para un fraude sistémico. También se mostró partidaria de «devolver a las arcas públicas» el dinero defraudado, unos 680 millones de euros, pero volvió a eludir la verdad cuando ocultó deliberadamente que ella forzó a la Junta de Andalucía a retirarse como acusación del proceso, renunciando así al derecho de reversión de los fondos esquilmados.
También sostuvo que el PSOE no aparece como partido en los 1.800 folios de la sentencia. Pero tampoco es verdad. Se le cita expresamente. Y añadió que pese a «unos cuantos intrusos», hubo 7.000 trabajadores legalmente beneficiados por los ERE… Eso sí, ocultó que todos los pueblos favorecidos estaban gobernados por el PSOE. Denunciar como una cobardía, como hizo ayer Díaz, que el actual presidente andaluz, Juan Manuel Moreno (PP), reaccionase a la sentencia «por plasma» denota que el PSOE no tiene defensa posible cuando Pedro Sánchez ni siquiera aparece. Ni con plasma ni sin él.