Más indicios contra podemos, mismas excusas

La contabilidad del partido de Pablo Iglesias vuelve a estar en entredicho. La Fiscalía del Tribunal de Cuentas ha encontrado indicios de delitos -fraude electoral y falsedad en documento mercantil- en las cuentas de Podemos y ha remitido la investigación a los juzgados de Plaza de Castilla. Se unen estas pesquisas a la investigación del Juzgado de Instrucción nº 42 de Madrid, cuyos indicios apuntan directamente a la financiación ilegal de la formación morada y al pago irregular de sueldos a sus dirigentes. Los mismos líderes populistas que hace unos años, desde la oposición y cuando no habían gestionado un euro de dinero público, se erigían en valedores de la honradez y se arrogaban todas las cualidades de la ejemplaridad democrática. Pura fachada. Lo que había detrás ya está en los tribunales, donde el Estado de Derecho se consolida y donde la democracia dirime quién se salta la ley.

Respondía ayer Irene Montero a la Fiscalía del Tribunal de Cuentas con el argumentario habitual del partido. Una respuesta agotada, de tanto que la ha usado la formación morada, que volvió a victimizarse aduciendo que «les han montado un escándalo». Al tiempo, la ministra de Igualdad presumía de que están encantados con que la Justicia haga su trabajo. Doble discurso para cubrir todas las fugas de agua de un partido que prefiere escudarse en una infundada caza de brujas que aclarar cómo es posible que la consultora Neurona Consulting se inscribiera en el registro mercantil el 19 de marzo de 2019, apenas 15 días antes de cobrar a Unidas Podemos. El fiscal Miguel Ángel Torres Moratolo tiene claro: «No coincide su objeto social con las prestaciones contratadas». La transparencia que prometía Podemos desde la oposición se ha convertido en un espejo opaco de los peores vicios -sus vicios- de la política.