Editorial ABC
El Kremlin sostiene al chavismo
En ausencia de apoyo exterior la dictadura venezolana habría colapsado hace años
En su carrera hacia el abismo, la dictadura venezolana ha tenido que entregar el control de la principal riqueza del país a Rusia. El informe que publicamos en páginas de Internacional describe minuciosamente el mecanismo a través del cual el régimen de Nicolás Maduro depende plenamente de Moscú para explotar y vender su petróleo. No es casualidad que los sistemas alérgicos a la libertad y a la democracia se apoyen mutuamente. En este caso, y a cambio de los últimos restos de una industria petrolera que hasta no hace mucho tiempo mantenía las cuentas de una Venezuela riquísima, Maduro recibe las migajas que le permiten sobrevivir y mantener su maquinaria represiva.
En ausencia de apoyo exterior la dictadura chavista habría colapsado hace años. No es necesario describir la pavorosa situación humanitaria en la que tienen que sobrevivir los venezolanos que aún no han salido del país. La catástrofe sin precedentes de un régimen que en apenas dos décadas ha destrozado toda la economía sirve para que un régimen tan inquietante como el de Vladímir Putin pueda extender su influencia en la zona, por lo que se puede esperar que ahora Moscú invierta parte de sus esfuerzos en la respiración asistida del chavismo. La condena hacia esta tiranía ha de extenderse, por tanto, a aquellos que contribuyen a mantenerlo en pie.
El Parlamento Europeo aprobó ayer una resolución en la que acusa directamente a Maduro de haber intentado un golpe de Estado al impedir por la fuerza la reunión de la Asamblea Nacional legítima. Lo que hace Rusia en este caso es precisamente apoyar y mantener en el poder a esos golpistas, lo que le convierte en cómplice de una situación que desde hace demasiados años causa dolor y miseria a millones de personas.