La generación Artemis
Un proyecto real, con compromisos serios de inversión de dinero público y privado, fechas concretas, once centros de la NASA implicados, y más de un millar de empresas contratadas para aportar componentes de tecnología punta
El próximo mes de noviembre es la fecha elegida por la NASA para el lanzamiento de la primera misión espacial del programa Artemis. La primera etapa de un ambicioso y caro programa de los Estados Unidos con el objetivo final de llevar seres humanos al planeta Marte, creando primero una ciudad habitada de forma permanente en la Luna.
No estamos hablando de una película de alto presupuesto de Hollywood. Es un proyecto real, con compromisos serios de inversión de dinero público y privado, fechas concretas, once centros de la NASA implicados, y más de un millar de empresas contratadas para aportar componentes de tecnología punta.
Noviembre es la fecha del despegue de la misión Artemis 1, la primera de tres expediciones que culminarán con la llegada al suelo lunar de la primera mujer de la historia, acompañada por otros astronautas, en algún momento del año 2024.
Los cuatro elementos esenciales del programa Artemis ya están listos. El mega cohete SLS, el más grande y de mayor capacidad de carga jamás construido, que ya está casi ensamblado en el hangar vertical de la NASA de Cabo Cañaveral, en la costa oriental del Estado de la Florida, después de superar ocho niveles de pruebas de funcionamiento. Igualmente está lista la nave espacial donde irán los astronautas; la cápsula Orión, con capacidad para cuatro tripulantes y que lleva adjunta un módulo de servicio construido por la Agencia Espacial Europea.
Los otros dos componentes son los sistemas de lanzamiento y seguimiento en tierra, que han sido reformados y mejorados con equipos modernos, y el vehículo de alunizaje, que acaba de ser adjudicado por concurso público, a la empresa privada Space X.
Se trata de un inmenso y complejo programa diseñado y ejecutado de forma discreta durante décadas, que ocupará ahora el lugar que merece en la atención de los medios de comunicación y las redes sociales de todo el planeta. Los lanzamientos de las misiones Artemis serán portada de los informativos a nivel mundial, por muchos años.
A mi juicio, el programa Artemis significa un logro mucho mayor que la ya inmensa tarea de llevar seres humanos a Marte. Aunque no nos demos cuenta ahora, el proyecto se va a convertir en un símbolo. Es la contundente respuesta de Occidente al aparente declive de nuestra civilización frente al empuje de los totalitarismos de izquierda liderados por China, los nacionalismos populistas emergentes en Rusia y Turquía, o la ceguera radical del integrismo musulmán.
Artemis es el desafío que necesita la generación post-covid, para volver a soñar con un mundo mejor. Para demostrar que el esfuerzo colectivo es capaz de cumplir metas que parecen imposibles. Para devolver el foco a lo que nos une. Para desmontar la mentira que afirma a cada rato, a golpe de tweet, que todo está mal, y que nos lleva a la depresión colectiva que parece haberse instalado en nuestras sociedades.
¿Quiénes son los aliados del programa Artemis de los Estados Unidos? Las agencias espaciales de Canadá y Japón, y la Agencia Espacial Europea compuesta de 22 países asociados entre ellos España. Todos ellos democracias representativas con libre mercado, abanderadas de la innovación.
¿Cuál es la competencia? Las agencias espaciales de Rusia (Roscosmos) y China (CSNA) quienes anunciaron el pasado mes de marzo una alianza para llevar seres humanos a la Luna, con el objetivo de llegar a marte en 2033. Dos potencias con un dudoso registro en respeto a los derechos humanos, y a la voluntad de las mayorías.
Los americanos, que son magos del marketing, no dan puntadas sin hilo, y saben a lo que se enfrentan, han elegido para esta aventura un símbolo poderoso; la diosa Artemis. Una deidad del panteón de la Grecia clásica, madre patria de Occidente y de la Democracia.
Artemis, o Artemisa en español que es lo mismo, era la hermana gemela del dios Apolo, que dio nombre al primer programa de viajes a la Luna, hace 50 años. Artemisa es la diosa de la naturaleza asociada con la pureza luminosa de la Luna, muy apropiada para estos tiempos de igualdad de género y respeto al medio ambiente. Nadie puede criticar la selección de Artemisa, que en los mitos griegos portaba un arco certero con flechas de plata, para que ahora ayude a disparar hacia los cielos, cohetes que llevarán personas hacia el vacío del espacio profundo.
El vuelo de noviembre será el Artemis 1. Una misión no tripulada que llevará la cápsula Orión y su módulo europeo a la Luna, donde permanecerá en órbita dos semanas, para luego regresar a la Tierra. El Artemis 2 será la primera misión con seres humanos a bordo, que alcanzará la Luna de nuevo, cinco décadas después, aunque no bajarán a la superficie. Será en 2024, si todo va bien, cuando el Artemis 3 alcance el suelo lunar con nuevos astronautas, que se convertirán de inmediato en celebridades mundiales.
Este nuevo equipo de Elegidos para la Gloria está compuesto de 44 astronautas en activo, entre los cuales hay una nueva promoción de nuevos candidatos que se entrenan en el centro de la NASA en Houston, Texas. Trece jóvenes americanos seleccionados con todo cuidado y corrección política. Un equipo diverso de mujeres y hombres, latinos, asiáticos, blancos de ojos claros, negros, mulatos, y hasta una astronauta de origen hebreo y otra de origen hindú para que todo el mundo se sienta representado.
España colabora como centro de comunicaciones. La base de antenas de Robledo de Chavela en el noroeste de Madrid, integrada en la Red del Espacio Profundo, utilizará su nueva antena DS-56 de 34 metros, que fue inaugurada en el 2020. Será uno de los tres puntos del planeta que darán seguimiento permanente a la trayectoria y las comunicaciones de esta misión de la NASA.
El programa Artemis será la nueva gran aventura que por vez primera creará colonias permanentes de seres humanos fuera de la Tierra. Pocos acontecimientos pueden ser más históricos o trascedentes que convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria. Un esfuerzo de décadas que oficialmente comienza en pocas semanas. Habrá seguro quien opine que es mejor emplear el dinero en otras tareas. No hay que hacerles caso.
Usted y yo vamos a ser testigos de una nueva empresa mítica, que deja pequeñas las disputas que generan la crispación política y social que nos envuelve. Artemis será un logro del que todos nos podemos sentir orgullosos como especie humana. Nuestra generación es la que iniciará de verdad, 50 años después, el viaje a las estrellas. Es un gran momento para estar vivos, como decía Carl Sagan. Tendremos el privilegio de ver los avances y retrocesos de la nueva gran aventura de la humanidad.
Usted y yo, somos miembros de la generación Artemis.